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    Camino a independizarte: lógralo en pasos pequeños, pero firmes

    Ser “un adulto independiente, con gustos… bien dementes”, como dicen en TikTok, implica un cambio radical que llega a provocar mucha presión, y no es para menos: independizarte marca el inicio de muchas cosas en tu vida adulta. Pero calma, que aquí te ayudaremos a iniciar este camino con seguridad.

    Independizarte, además de ser un paso natural en toda vida, tiene muchos beneficios: te vuelve dueña o dueño y responsable de tu tiempo, tus acciones y tu destino (pros and cons: podrás comer lo que quieras todos los días, pero si te enfermas, el doctor y los tratamientos correrán por tu cuenta; podrás hacer fiestas con tus amigos cuando desees, pero arreglar el desorden después será tu responsabilidad). 

    Por otro lado, cierto exceso de información y escuchar la opinión de medio mundo pueden convertir el salir de casa de tu familia en una pesadilla. Confía en ti y enfócate en disfrutar esta maravillosa etapa (aun con todos sus desafíos). Empieza dando pasos pequeños, pero firmes. Si estás evaluando salir de casa de tu familia y emprender el vuelo hacia el resto de tu vida independiente, considera lo que diremos a continuación.

    Empieza dando pasos pequeños, pero firmes, e intenta actuar con asertividad para que la transición se dé con calma y logres disfrutarla como mereces

    Por dónde empezar

    Para independizarte, no existe un modelo correcto, único o perfecto. Tampoco una edad específica. El camino no es el mismo para todas las personas, así que, antes de salir de casa, toma en cuenta tus circunstancias de vida, presupuesto y otros recursos con los que cuentas, desde un colchón hasta utensilios de cocina. Ningún plan está escrito sobre piedra: eres joven y puedes modificar, corregir y cambiar el curso de tus planes, pues tu potencial no se debe limitar por una mala decisión.

    ¿Qué debes hacer primero? ¿Qué no puedes dejar de tomar en cuenta? ¿Deseas comprar o rentar departamento? Y si rentas, ¿buscarías algo solo para ti o para vivir con rommies? No te agobies, mantén la mente abierta y la motivación al máximo. Aquí tienes algunas recomendaciones para tu mejor decisión:

    • Identifica tu capacidad de pago

    Básico. No puedes independizarte sin antes tener claro cuál es tu presupuesto. Identifica peso sobre peso (bendito Excel) tus ingresos: sueldo, cualquier apoyo que recibas de tu familia, negocios de medio tiempo y cualquier otro recurso económico con el que cuentes. Esto define tu capacidad de pago, es decir, de cuánto dispones tras cubrir tus gastos de cada mes, lo que a su vez te da claridad sobre si puedes rentar departamento y a qué precio, si individual o con roomies; o para saber si estás en posibilidades de comprar.

    Para este rastreo, te puedes apoyar en apps como Monefy o Wallet, que categorizan tus flujos de dinero y enlazan tus cuentas bancarias para un mejor y más simple control financiero. Si en este punto identificas que no cuentas con los recursos necesarios para comprar o rentar, incluso en solitario, no dudes en replantear tus objetivos (o postergarlos un poco).

    • Establece un presupuesto de vivienda (y gastos de habitarla)

    Con los billetes contados, antes de empacar tus cosas y salir de casa, averigua los costos de comprar o rentar una vivienda en tu ciudad o ubicación. 

    Considera, en primer lugar, la zona, ya que el monto a pagar dependerá de la plusvalía, lo que implica también acceso a servicios. Considera tener los básicos a una distancia menor de tres kilómetros: supermercado y alimentos, hospital o centro de urgencias, vialidades o transporte. 

    Si trabajas en modalidad híbrida o presencial, también toma en cuenta la cercanía del que sería tu nuevo hogar con respecto a tu centro de trabajo. Si utilizas transporte público, busca opciones de fácil movilidad; si tienes auto, asegúrate de que la vivienda tenga estacionamiento o la zona sea segura (visítala a distintas horas; jamás te bases solo en lo que veas en Google Maps)

    En algunos casos, al rentar departamento o casa, la tarifa incluye servicios (agua, luz, gas e internet); en otros, deberás pagarlos aparte. No olvides preguntarlo a tu casera o casero antes de firmar cualquier contrato. Sobre las instalaciones, es prioritario contar con espacio para lavado, de lo contrario deberás considerar en tu presupuesto un servicio de lavandería cercano.

    También revisa que el espacio no tenga un olor desagradable a humedad (lo que indicaría plagas, goteras y moho), y que el estado general de la vivienda sea adecuado. Si ves algún problema, señálalo y cuestiona si se arreglaría antes de rentar; acuerda con tu casero quién solventará en lo sucesivo cualquier reparación.

    Considerado todo esto, plantea que tu gasto de renta no supere el 30% de tu ingreso y que jamás exceda tu capacidad de pago (no es negocio dar tarjetazo para pagar la renta).

    Si tu plan es comprar casa o departamento, investiga los requerimientos para acceder a un crédito Infonavit o a un préstamo bancario. En ambos casos será necesario que tengas un empleo estable, ingresos sólidos; para un financiamiento bancario, debes contar con buen historial crediticio.

    • Considera los básicos para una vida normal y los gastos variables

    Otro aspecto para considerar al independizarte es que las viviendas deben amueblarse y equiparse. No basta con tener cama y pantalla: necesitas refrigerador, estufa y mobiliario básico para la vida diaria, como mesa, sillas y un escritorio. Las compras a meses sin intereses son grandes aliadas para alcanzar este objetivo, mientras actúes con cautela y evites sobreendeudarte. Otra opción son los muebles de segunda mano, prestados por amigos o familiares o comprados en bazares.

    Sobre tu despensa, ¿comerás todos los días en casa o tendrás que hacerlo cerca de tu trabajo? ¿Comprarás en el supermercado o en el mercadito o tianguis de los sábados? Suma esto a tu presupuesto y sé responsable con él.

    Bueno, bueno, tampoco pienses que independizarte es dejar de disfrutar todo eso que te hace feliz. Puedes seguir coleccionando Funkos, o haciendo compras curiosas en Amazon, solo asegúrate de que eso no atente contra gastos prioritarios (quedarte con hambre por esa maceta con forma de elefante tampoco es negocio). Quizás la vida social, el pago de tres plataformas de streaming y tu pasión por los Skechers deba bajar dos rayitas, al menos en lo que te estabilizas.

    Te puedes apoyar en apps como Monefy o Wallet, que categorizan tus flujos de dinero y enlazan tus cuentas bancarias para un mejor y más simple control financiero

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    ¿Cuánto cuesta la vida?

    Creer que la renta, servicios y muebles son los únicos gastos que adquirirás al independizarte, te puede salir caro, y no solo en términos económicos. Cuando te vas a vivir por tu cuenta, la casa donde vives dejará de ser mágica (como la casita de Encanto): esto significa que la ropa no se va a lavar sola, los trastes no aparecerán limpios por arte de magia ni la comida se cocinará por sí misma.

    Ahora todo corre por tu cuenta y tiene un costo que deberás solventar, ya sea con tiempo o dinero (dato clarísimo a considerar: el detergente y el papel higiénico son más costosos y se acaban más pronto de lo que imaginabas). Respira, aprenderás. La clave es organizarte, y seguro conoces amigos tan organizados como tú que van consiguiéndolo (si ya eras consciente de todo esto en casa de tu familia, seguro la transición será más sencilla para ti).

    Para conseguir una verdadera independencia financiera, construye el hábito de ahorro sólido. Expertos financieros de Bloomberg Línea recomiendan ahorrar el 20% de tus ingresos. Si esto te resulta inviable al inicio, puedes enfocarte en reservar cada mes lo que puedas, pero comprométete a cumplirlo y auméntalo gradualmente para enfrentar una crisis o emprender proyectos personales.

    Un adulto independiente, con gustos… saludables

    A estas alturas ya debes de saber si cuentas con el capital económico o de madurez para independizarte, así que es momento de que establezcas objetivos a corto, mediano y largo plazo, ya sea que quieras iniciar tu patrimonio con un plan para comprar casa o solo rentar un espacio sencillo y económico. 

    Todo es válido y, según tus metas, puedes encontrar alternativas como compartir un departamento con rommies, rentar un loft o mudarte a una ciudad más barata. Sé realista, eso sí, y céntrate (tal vez un mueble de lujo o hecho a medida no pueda ser tu primera opción). De este modo, tu paso a la independencia pasará de ser solo una etapa a una oportunidad para el inicio de muchos otros proyectos futuros para tu desarrollo.

    Por último, ten siempre en mente que el orden y la disciplina serán tus mejores aliados para alcanzar tus metas. Sueña en grande y trabaja para conseguir tus objetivos. Consolida el camino que has elegido, ¡no te arrepentirás!

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    FUENTES

    1. ¿Cómo salir de la casa de tus padres sin morir (de hambre) en el intento - Dinero en Imagen

    2. ¿Qué conviene, comprar o rentar? - El Economista

    3. ¿Cuánto dinero de mi salario debería ahorrar cada mes? - Bloomberg en Línea

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