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    ¿Cómo aprovechar al máximo esta Navidad con tu familia?

    ¿Has leído sobre la depresión navideña y sus causas? Si eres de las personas que se debaten emocionalmente en estas fechas, debes saber que es algo hasta cierto punto normal. Sin embargo, hay muchas cosas que puedes hacer para que tú y tus seres queridos se sientan mejor y la pasen de maravilla.

    Conviene partir de realidades y una muy importante sobre la Navidad es que así como hay quienes la disfrutan, hay quienes a estas fechas les resultan particularmente complicadas. De ahí que se hable de una depresión navideña, la cual, a pesar de implicar más ámbitos, recae en su mayoría en lo emocional: ¿qué tan bien (o mal) manejamos la emoción que nos provoca que un ser querido ya no esté con nosotros? ¿O qué tal el haber interrumpido la comunicación con una hermana o con un primo por una disputa ocurrida hace meses?

    En términos generales, es común que el ánimo decaiga en esta temporada y que nos encontremos particularmente sensibles. De acuerdo con la psicóloga Xóchitl González, conferencista y socia fundacional de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar, existen varias razones por las que podemos ser presas de esta depresión navideña: “Apenas se acerca diciembre, la cultura de consumo nos empieza a bombardear con la idea de que la Navidad y el Fin de Año son fechas de amor, paz, felicidad… pero, ¿qué pasa con quien se siente solo? ¿Y con quien no ha superado la pérdida de un ser querido? ¿Y el que está pasando por problemas financieros y le angustia tener que gastar en regalos y reuniones sociales? Este tipo de situaciones afectan nuestro estado de ánimo en cualquier fecha, pero más en estos días, en los que cada media hora escuchamos que debemos estar felices y en armonía; incumplir con las expectativas acentúa el malestar”

    Tomando en cuenta lo anterior, queremos compartirte algunas recomendaciones sobre lo que puedes hacer para contrarrestar estas dificultades y tener, junto con la gente que quieres, el mayor bienestar posible en esta Navidad.

    Apenas se acerca diciembre, la cultura de consumo nos empieza a bombardear con la idea de que la Navidad y el Fin de Año son fechas de amor, paz, felicidad [...]”

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    ¿Qué hago con mi familia?

    Aunque se lea fuerte, en estas fechas la propia familia puede convertirse en un factor de estrés importante. Por un lado, aunque nadie quiere sentirse obligado a asistir a ciertas reuniones familiares, sucede frecuentemente. Aunado a ello, tener que mostrarse alegre, incluso si no es precisamente esta la emoción predominante, puede causar mucha resistencia.

    También puede ser causante de estrés el hecho de que la familia conserve costumbres con las que, por alguna razón, ya no comulgamos. Algo, lo que sea, hace que nos sintamos incómodos con una práctica o situación que los demás integrantes de la familia aprecian o disfrutan. No queremos ser parte de ello pero tampoco nos es fácil ni grato manifestar esa oposición, pues no queremos perjudicar el ánimo de la reunión. 

    Mención aparte merece cualquier enfrentamiento que se haya dado previamente entre dos o más miembros de la familia, como ya se señalaba antes. Pero, ¿no se supone que entre familiares lo que hacemos es ayudarnos? ¿No deberíamos contar siempre con el apoyo y la comprensión de todos nuestros parientes? Mejor vayamos por partes.

    • Lo que te molesta de tu familia, tal vez tenga que ver con una herida abierta: este punto tiene que ver con ese famoso dicho que seguro conoces: “Lo que te checa, te choca”. Pero, más allá de lo que dicte la siempre luminosa sabiduría popular, desde la perspectiva del mindfulness, eso que te molesta en otros suele ser un reflejo de algo en ti que rechazas y que la vida proyecta en el comportamiento de los demás para que puedas reconocerlo y trabajarlo.

    Aprovecha estas fechas para hacer un ejercicio de introspección y observación consciente, e intenta descubrir cómo eso que te molesta en tus padres o en tus hermanos tiene que ver con algo en ti que convendría corregir. Sería un ejercicio muy provechoso antes de cualquier reunión familiar.

    • Nadie es como es, solo porque sí: entender y, sobre todo, aceptar que las personas siempre tenemos razones para ser como somos, de acuerdo con nuestras circunstancias (recordar que somos seres biopsicosociales), hace posible que las aceptemos y, luego entonces, podamos amarlas. Ten esto en cuenta cada vez que alguien de la familia diga o haga algo que te haga sentir mal durante una reunión.

     

    • No eres lo que sientes; tampoco lo que piensas, y esto aplica para los demás: tus emociones y tus ideas son una parte esencial de ti, sin duda, pero tú eres más que eso. Y lo mismo ocurre con tus suegros, tu cuñada y tus papás; a ninguno de ellos los define un partido político ni un equipo de fútbol. Aprende a verlos más allá de las etiquetas que les has puesto. Más aún, ¡quítales las etiquetas!

     

    • Respeta a cada quien con sus relaciones: es triste, pero puede suceder que haya miembros de tu familia que en este momento no se puedan ni ver. Si, como parte de tus anhelos, piensas que una reunión navideña puede propiciar una reconciliación, olvídalo. Por mucho que te esfuerces, eso no es algo que esté en tus manos y forzar las cosas puede resultar contraproducente. Simplemente trata de llevar bien las cosas con ambas partes y deja que sean ellos los que decidan cómo seguir con su relación.

     

    • Celebra por los que ya no están: muchas bajas emocionales en estas fechas tienen relación con un duelo, ya sea por la pérdida de un trabajo, de una relación sentimental o de un ser querido. Las fiestas decembrinas pueden ser una buena ocasión para conectar con quienes ya no están, honrarles y agradecer los buenos momentos que se compartieron; eso ayudará a revertir la emoción que te está afectando. La gratitud cuenta con muchos beneficios, por lo que hay que aprender de ella y fomentarla.

     

    • Permanece en el “aquí” y en el “ahora”: en la medida de lo posible, olvídate del trabajo, de las redes sociales y demás distractores para estar de lleno con quienes te rodean. La presencia plena de cada integrante es un factor clave para compartir tiempo de calidad.

     

    • Comparte y aprende algo nuevo de cada quien: a veces, pasar un buen momento con la pareja, con los hijos o con la familia entera tiene que ver con incluir algo de creatividad. Imagina, por ejemplo, una dinámica divertida en la que cada quien revele algo personal que los demás no sabían. Puede ser interesante, ¿no crees? De esta manera, además de pasar un buen momento, podrás conocer algo más de esas personas que más importan en tu vida.

     

    Es cierto, diciembre puede ser un mes complejo y difícil de sobrellevar emocionalmente por muchas razones, pero hacer conciencia de ello te permitirá anticipar los posibles escenarios y prepararte para cerrarle la puerta a la depresión navideña, así como hacer que esos momentos en familia queden en la memoria como maravillosas anécdotas. ¡Manos a la obra!

     

    FUENTES

    Disfrutar en familia - La mente es maravillosa

    Psicología - Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar

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