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    ¿Se cumplió tu ciclo? ¡Decide si necesitas cambiar de empleo (y cómo hacerlo)!

    “Todo cambia para que todo siga igual”, dice el Conde di Lampedusa en la novela El Gatopardo. Y es cierto: a menudo en el trabajo, experimentamos esa tensión entre la necesidad de cambiar, por un lado, y por otro querer que las cosas sigan igual. Salir de la zona de confort requiere una alta dosis de valentía, pero también de sentido común. ¿Es tu momento de renunciar? Veámos.

    Son las seis de la mañana, suena tu despertador, lo apagas y te regalas cinco minutos más; después de una larga batalla contra las sábanas y las almohadas, logras levantarte. Pones en Spotify una canción alegre para despertar y meter un pie en la regadera. Al terminar todo esto, empiezas a pensar en tus pendientes para el día y te enfrentas con un nudo en tu estómago: el esfuerzo ha sido en vano porque no quieres ir al trabajo.

    No eres la única persona: esta realidad la vive una mayoría. De acuerdo con una encuesta realizada por OCC Mundial, tan solo en México, 75% de los trabajadores no están satisfechos con su empleo actual. Si alguna vez has experimentado esta falta de ánimo, es importante identificar las razones por las que te resistes a tu trabajo antes de decidir cambiar tu situación laboral: puede ser el ambiente, falta de prestaciones o reconocimiento de méritos, altos niveles de estrés o síntomas de depresión, por mencionar algunos. También puede ser que, simplemente, tu ciclo ahí haya terminado.

    La situación económica en el país y el mundo nos ha obligado a tomar o conservar el empleo que esté a la mano, pero ¿realmente estamos dedicando ocho horas (o más) del día a hacer aquello que nos apasiona o nos acerca a nuestros sueños, o aquello en lo que desarrollamos mejor nuestros talentos?

    Y no seamos simplistas: la decisión de cambiar de empleo es una de las más complejas para cualquier persona en edad productiva. Tomar este tipo de medidas genera incertidumbre y temor por las consecuencias que puede traer consigo el desempleo, sobre todo si existen dependientes económicos de por medio. Por eso te presentamos una guía que te ayudará a decidir si es momento de cambiar de trabajo y por dónde comenzar este nuevo ciclo en tu vida.

    La situación económica en el país y el mundo nos ha obligado a tomar o conservar el empleo que esté a la mano, sin detenernos a pensar en lo que nos apasiona

     ¿Cómo saber si necesitas cambiar de trabajo?

     El primer paso al momento de considerar cambiar de empleo es realizar un autoanálisis para identificar señales de que no estás precisamente en la mejor condición laboral. Para cada persona, la plenitud y satisfacción varía según sus necesidades; sin embargo, las características que te presentamos a continuación te permitirán saber si tu falta de interés depende de ti o están en el terreno de tu empresa:

    fast-forward-double-right-arrows-symbol Aburrimiento por falta de retos

    Cuando las tareas que desempeñas caen en la rutina, es decir, se vuelven repetitivas, vives un círculo de aburrimiento del que difícilmente saldrás si no tomas decisiones contundentes. Antes de decidir renunciar, asegúrate de plantear clara y respetuosamente a tu superior esta falta de desafíos que experimentas. Puede tratarse apenas de una sensación o intuición, pero es importante que la expreses.

    Ten una actitud activa y abierta. Escucha su opinión y sé flexible ante sus propuestas; quizá sea necesario que asumas más responsabilidades (considera dar tiempo a la organización para encontrarte un mejor espacio), para lo cual tal vez sea pertinente que recibas capacitación

    Quizá, tu líder te pedirá encontrar una manera más eficiente de llevar a cabo tus labores. Si habiendo pasado el lapso que tú definas, y aún mostrando tu proactividad, no recibes una respuesta favorable de tu superior, puede que las cosas no tengan remedio y renunciar sea algo adecuado.

    fast-forward-double-right-arrows-symbol Mal ambiente laboral

    Sentir incomodidad en el trabajo, en particular en la relación con los líderes, es uno de los principales motivos por los que las personas abandonan las empresas, según un 41% de los encuestados por LinkedIn.

    La falta de un liderazgo asertivo e incluyente se ve reflejada en la relación con todos los compañeros que, incluso, puede originar malas prácticas como el acoso o mobbing, que imposibilitarán tu crecimiento personal en cualquier institución, por más prestigiosa que sea. Aprender a identificar si eres tú o son ellos puede ser un primer paso adecuado.

    fast-forward-double-right-arrows-symbol No hay posibilidad de crecimiento

    La cultura del reconocimiento por parte de los líderes hacia sus colaboradores es, en muchas organizaciones, todavía algo en ciernes. Esto provoca frustración en los empleados, una  respuesta emocional que se incrementa cuando los colaboradores llevan varios años desempeñando un cargo y no existe posibilidad de aspirar a una nueva posición o a recibir un aumento salarial.

    Aunque no sentir reconocimiento es un motivo válido para buscar mejores espacios laborales, antes de tomar tus cosas e irte, comparte tu sentir con tu responsable directo. Hazle notar los logros a los que has contribuido, tus resultados y el tiempo que llevas con el mismo sueldo o responsabilidades. Puede que tu líder no sea consciente de esta situación, pero, si aún con argumentos no es suficiente para que lo considere, probablemente no exista posibilidad de escalar tampoco en un futuro.

    La relación con los líderes es uno de los principales motivos por los que las personas abandonan las empresas, según un 41% de los encuestados por LinkedIn

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    ¿Cómo renunciar profesionalmente?

    Si ya tomaste la decisión de finalizar tu relación laboral con la empresa, es necesario que sepas cómo hacerlo. 

    El punto clave es mantenerlo confidencial y que tu jefe sea el primero en enterarse. Para darle formalidad, redacta una carta sencilla, con tono amable, sobre tu fecha de salida y los motivos básicos por los cuales vas a cambiar, por ejemplo: crecimiento personal, nueva oportunidad en una área de tu interés o mejorar tu calidad de vida. No es recomendable que des demasiados detalles.

    Aprovecha la carta para mostrar tu agradecimiento y menciona algunas de las cosas que has aprendido y valoras de tu jefe. Asimismo, cumple con todas tus tareas pendientes y ofrécete a capacitar a tu reemplazo. De acuerdo con OCC, esos detalles pueden valerte una recomendación en el futuro. Aún cuando los motivos de tu separación no fueran los más positivos, enfócate en agradecer con sencillez y ser amable al especificar tu renuncia.

    En las empresas con preocupación por su ambiente laboral, las áreas de recursos o capital humano suelen aplicar entrevistas de salida para conocer los motivos por los cuales pierden talento. Si es tu caso, acepta la entrevista, pues es una buena oportunidad de dar retroalimentación a la empresa. Así, tu cambio de etapa será nutritivo para muchas más personas a tu alrededor.

    Cambiar o no cambiar, he ahí la cuestión

    El mayor temor para cambiar de trabajo es la incertidumbre de conseguir otro igual o mejor. A menudo escuchamos frases como “¿para qué renuncias si ya tienes un trabajo estable?” o “no es un buen momento en el mercado”, “no será lo mismo sin ti” o “te puedes perder una oportunidad aquí”. Las voces de otros suelen ser un primer obstáculo en la decisión. De ahí la importancia de escucharte y actuar con la mayor honestidad hacia tu persona. 

    Una buena forma de no perder el entusiasmo es repasar tus capacidades y hacer uso de ellas. Salir de la zona de confort requiere valentía y sentido común para un buen plan de salida. Así que toma en cuenta estos tres tips que harán que este proceso sea menos angustiante:

    1. ¿Tienes un colchón? Si no lo tienes, prepáralo

    Renunciar sin tener otro trabajo en puerta es como saltar al vacío sin red, pero si has tomado la decisión, asegúrate de tener por lo menos un pequeño colchón de tres quincenas en el banco, o bien, gestiona con tu jefe un bono de salida (si te vas en buenos términos). Elabora un plan de búsqueda anticipada de oportunidades laborales a las que puedas dar seguimiento una vez que estés fuera. Organiza tus gastos futuros, ¡y no abuses de tu tarjeta de crédito!

    2. La lista de pros y contras

    Un clásico, ¿no? Las hacemos durante toda la vida, aunque sea mentalmente. ¿Por qué amamos las listas? Porque permiten poner en blanco y negro lo que se gana y lo que se pierde, por ejemplo, si renuncias pierdes tu antigüedad y se interrumpen —por un tiempo— tus prestaciones como IMSS, afore, Infonavit, o bien, se suspenden las coberturas que tenías de  seguros de gastos médicos mayores, vida o automóvil por flotilla, apoyo escolar, bonos de despensa, entre otras; los pros dependerán de ti.

    En todo plan de compensaciones, existen variables que olvidamos al enfocarnos en el dinero, así que considera cómo vas a cubrir esos extras mientras consigues un nuevo empleo o incluso si vale la pena perderlos. Tu lista podría hacerte cambiar de opinión y darte un nuevo indicador, por ejemplo, buscar un cambio de área en la misma empresa, en lugar de un nuevo trabajo.

    3. Considera consultar un terapeuta

    ¿En serio? ¿Terapia? Sí, leíste bien. Aunque renunciar no tiene el mismo impacto que un despido, cuidar la salud mental es indispensable para mantener enfoque y positividad, sobre todo si no tienes un trabajo en puerta. 

    Por otra parte, tal vez con apoyo profesional descubras que no se trata de cambiar de trabajo, sino de cambiar tu perspectiva actual. Un coach o terapeuta puede ayudarte a manejar la ansiedad, la pérdida y también puede ser un guía para descubrir y atender relaciones tóxicas en lo laboral, si es que quieres renunciar por mal ambiente de trabajo o a causa de un jefe narcisista. Cuando este tipo de patrones no se resuelve, aunque cambies de trabajo, las conductas personales tienden a repetirse.

    ¿Y si ya has decidido dar el salto?

    Enfoca tus esfuerzos en conocer y reconocer tus cualidades, piensa en el presente y en tus necesidades actuales (no bases completamente tus decisiones en el largo plazo), y por último, capacítate y estudia constantemente para ofrecer más competitividad y acceder a cargos de mayor rango y con retos más apasionantes.

    Si es un hecho que te vas, hazle saber con antelación a tus conocidos que estás abierto a propuestas. Localizar a tus compañeros de generación en el directorio EXATEC puede ser un buen primer paso. Tus contactos te permitirán realizar networking con personas formadas en tu misma alma mater

    En cuanto a buscar un nuevo empleo, existen muchas páginas en redes sociales que comparten oferta dirigida a sectores específicos, para limitar tu búsqueda de manera eficaz. También puedes utilizar la  bolsa de trabajo del Tec, con acceso a través de tu cuenta EXATEC. Recuerda que es muy importante realizar seguimiento diario de las ofertas.

    Enfoca tus esfuerzos en conocer y reconocer tus cualidades; piensa en el presente y en tus necesidades actuales y futuras

    Sin importar tu experiencia, un empleo nuevo implica iniciar desde cero, y requerirá todas tus capacidades, cualidades y valores. La proactividad y el cumplimiento de metas en tiempo y forma serán tus mejores aliados para volverte imprescindible en cualquier organización. Aleja el miedo a la mediocridad  y destaca por tu talento. Si has decidido el cambio por tu pasión y tu equilibrio, sé un gran integrante a dónde llegues. 

    Comparte con nosotros: ¿has elegido cambiar? ¿Cuál será ahora tu trabajo ideal y qué necesitas para conseguirlo?

    FUENTES

    1.- Consejos para conservar tu empleo - Expansión

    2.- ¿Cómo saber si tu ciclo laboral terminó? - Profesionistas

    3.- ¿Cómo combatir el miedo a cambiar de trabajo? - El País

    4.- Razones para dejar el trabajo - Forbes

    5.- ¿Que motiva a abandonar un empleo? - Forbes

    6.- Insatisfación con actual situación laboral - López Dóriga

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