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    Salud y bienestar en los 60: la necesidad de adquirir nuevos hábitos

    «Un cuerpo sano» decía Francis Bacon «es un recinto para el alma; uno enfermo, una prisión».  Las palabras del filósofo inglés podrán parecer duras, pero no dejan de ser acertadas; así como el hecho de que la actividad física y una buena alimentación son la clave para mantener la salud y el bienestar.

    De acuerdo con un artículo de la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, estudios recientes demuestran que 150 minutos de actividad física moderada a la semana, o 75 minutos de ejercicio intenso, reducen el riesgo de mortalidad relacionado con el sedentarismo. Si tienes 60 años o más, es muy importante considerar que la inactividad física acelera la prevalencia de diversas enfermedades, como la hipertensión, los padecimientos cardiovasculares, la diabetes tipo 2, el Alzheimer, así como algunos tipos de cáncer.

    Por otro lado, si hasta ahora no has puesto mucha atención en tus hábitos alimenticios, es momento de hacerlo. ¿Por qué es tan importante fijarte en lo que comes? Los cambios físicos, psíquicos y sociales por los que atraviesan los adultos mayores los convierten en personas susceptibles de padecer enfermedades. Una alimentación adecuada reduce los riesgos de salud relacionados con el envejecimiento.

    Con el paso de los años, tu cuerpo requiere distintos nutrientes y, por tanto, resulta indispensable modificar la dieta para adecuarla a las necesidades presentes. Esto es especialmente crucial para las personas de la tercera edad, ya que ven reducida su capacidad para regular los distintos procesos implicados en la digestión, debido al deterioro de ciertas funciones biológicas. Una alimentación adecuada no sólo reduce el riesgo de contraer ciertas enfermedades, sino que también favorece la pronta recuperación en caso de resultar enfermos. Llevar una buena alimentación y ejercitarse resultan fundamentales para mejorar tu calidad de vida.

    Los cambios físicos, psíquicos y sociales por los que atraviesan los adultos mayores los convierten en personas susceptibles de padecer enfermedades.

    Un ajuste de hábitos por la salud

    Según el Manual de nutrición y dietética de Ángeles Carbajal, los adultos mayores pueden seguir las siguientes recomendaciones con el propósito de mejorar su salud:

    • Bebe suficientes líquidos.

    • Disfruta de tres a cinco comidas diarias en compañía de seres queridos.

    • Lleva una dieta alta en nutrientes y baja en sal que incluya alimentos de origen vegetal (como frutas, verduras, cereales y legumbres), proteínas para evitar la pérdida de masa muscular y lácteos para fortalecer el sistema óseo (excepto de sufrir intolerancia a la lactosa, en cuyo caso podrá sustituirse por yogur o leche fermentada). Tu dieta deberá ayudarte a mantener tu peso ideal (según tu estatura), por lo que tomará en consideración tanto la ingesta de energía, como el gasto de la misma, según tus actividades físicas diarias.

    • Consume suplementos alimenticios.

    • Realiza alguna actividad física, ya que esta previene la obesidad, mantiene la masa ósea, facilita la movilidad y reduce el riesgo de sufrir caídas.

    • Toma un poco de sol para obtener vitamina D, pues los adultos mayores pueden presentar un déficit de hasta 87% de la misma, lo que aumenta el riesgo de padecer demencia y, se especula, podría tener relación con el dolor crónico. Dado que la vitamina D favorece la absorción de fósforo y calcio, ayuda a que los huesos se mantengan fuertes y saludables. Es recomendable que acudas con un dermatólogo para saber cuáles son las medidas de precaución necesarias ante los daños que la exposición solar pueda provocar en tu piel.

    • Evita el tabaquismo y modera el consumo de alcohol –lo que siempre es provechoso para mantener la salud y bienestar–; de preferencia, que no supere los treinta gramos de etanol al día, ya que puede inhibir el apetito e intervenir en la función de ciertos nutrientes y medicamentos.

    • Cuida la higiene bucal y visita al dentista con regularidad con el fin de mantener los dientes sanos y evitar problemas en la ingesta de alimentos, pues esto podría derivar en deficiencias nutricionales.

    Es de gran importancia que acudas con un nutriólogo para que evalúe tu caso particular. Cada persona es diferente y, por tanto, presenta necesidades distintas. El nutriólogo diseñará tu dieta tomando en consideración múltiples factores, como tu edad, peso, rutina diaria, padecimientos, entre otros aspectos generales, con el objetivo de alcanzar un buen nivel de salud y bienestar.

    Disfruta de tres a cinco comidas diarias en compañía de seres queridos.

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    Otras recomendaciones

    Como hemos visto, cuidar tu salud significa, en gran medida, adoptar nuevos hábitos, hábitos saludables que mejoren la calidad de vida. Por ello, además de realizar ejercicio y procurar una alimentación balanceada, es recomendable que tomes en cuenta los siguientes consejos:

    • Acude al médico con regularidad, sobre todo, si notas algo que consideres fuera de lo normal.

    • Mide periódicamente tus niveles de presión y glucosa.

    • Hazte un examen de la vista al menos una vez al año.

    • Ten al día tus vacunas.

    Respecto a la actividad física, Daniel Lieberman, biólogo evolutivo de la Universidad de Harvard, nos advierte que:

     «[...] hoy en día, muchos podemos permanecer inactivos y sobrevivir hasta la vejez, pero es probable que no seamos completamente saludables si lo hacemos. Nuestra herencia genética y nuestra historia como humanos exigen ejercicio y movimiento. La jubilación no es el momento de reducir la velocidad».

    Debes saber que el ejercicio es considerado un tipo de estrés, ya que provoca ligeros desgarres en los músculos, además de tensar los órganos y vasos sanguíneos. Sin embargo, se trata de un estrés moderado y el cuerpo no tiene gran dificultad en reconstruir las partes afectadas. Sin esta actividad, el cuerpo vería afectado su funcionamiento.

    Retomando la idea de Francis Bacon que abre este artículo: es imprescindible que veles por tu cuerpo al adoptar hábitos saludables, como la actividad física y la buena alimentación. Así, acondicionas y mantienes en las mejores condiciones ese «recinto para el alma»  que es tu cuerpo y evitas, por tanto, que se convierta en una prisión.

    El cuidado de tu cuerpo está en tus manos. No dudes un sólo instante y comienza, hoy mismo, a adoptar los hábitos necesarios para cuidar tu salud, y aspirar a una vida más plena y feliz.

    FUENTES

    1.  10 hábitos efectivos para la salud del adulto mayor - INAPAM

    2. ¿Qué dice la "teoría del abuelo activo" sobre el envejecimiento? - NY Times

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