Ser consultora o consultor empresarial tras tu jubilación es una buena manera de mantenerte en actividad y con actualización y de seguir dejando huella en el mundo de los negocios. Si tienes claro en qué consiste este esquema, aquí te compartimos algunos pasos para incursionar en él.
Seamos claros: durante décadas, te enfocaste en generar recursos y construir un patrimonio. Con el tiempo, tal vez hayas encontrado que la actriz Audrey Hepburn tenía razón cuando decía: “A medida que creces, te das cuenta de que tienes dos manos: una es para ayudarte a ti mismo y otra para ayudar a los demás”. Y si en el trabajo de forjar tu patrimonio y herencia generaste una enorme cantidad de experiencia y conocimiento, una oportunidad de oro para ayudar a otros y compartir tu conocimiento con el mundo, especialmente con las nuevas generaciones, es iniciar tu propia consultoría empresarial.
Históricamente, las y los consultores han sido piezas clave para la consolidación de empresas. El primer consultor empresarial reconocido es Charles Sampson, un personaje que reorganizó el trabajo de una fábrica china en Estados Unidos, en 1870. Sin embargo, los servicios de consultoría se remontan hasta las civilizaciones romanas y griegas, cuando el papel del consultor era fundamental para el buen funcionamiento de las ciudades.
Hemos construido una guía para encaminarte hacia abrir tu propia agencia de consultoría empresarial, alineando tus necesidades profesionales y personales con las del mercado actual.
Las y los consultores han sido piezas clave para la consolidación de empresas
Cualidades ideales que debe tener un consultor o consultora empresarial
La actividad principal de un consultor o consultora es asesorar y ayudar a sus clientes, sean personas o empresas, en asignaciones específicas que el contratante no puede resolver por falta de conocimiento, equipos o experiencia en el tema.
Puedes incursionar dentro de los servicios de consultoría empresarial de forma independiente o estableciendo una agencia con expertos en determinadas áreas. Sin importar de qué forma lo hagas, tú y tu equipo deberán contar con algunas cualidades:
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Ser un buen escucha. Aunque una asesora o asesor empresarial cuenta con experiencia y conocimientos, nadie conoce mejor una empresa que las personas que trabajan en ella. Para ofrecer un buen análisis, primero escucha, atiende y empatiza con todos los puntos de vista dentro de la organización; asume su conocimiento como sustancial, inmanente al carisma y operación de la empresa.
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Entender contextos. Cada empresa, sector e industria son diferentes; es importante entender los distintos contextos en los que puede estar inmersa la organización para la que trabajes.
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Conocer los límites propios. La consultora o consultor empresarial no es un mago capaz de solucionar cualquier problema con su varita mágica. Reconoce las limitantes y alcances que puedes tener en cada empresa o proyecto, y no dudes en extender la capacidad de tu servicio pidiendo ayuda.
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Ser buen líder y motivar. Ninguna persona es una isla. Tras realizar un diagnóstico adecuado, tendrás la necesidad de influir en los colaboradores respecto de la importancia de implementar un plan de acción. El equipo de trabajo debe ser sensible a los objetivos, el proceso y la estrategia, así como los beneficios, para subirse al barco y trabajar en conjunto.
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Capacidad de adaptación. La capacidad de adaptación muchas veces lleva implícita la de atreverse a modificar planes o estrategias si no están dando resultados. La consultoría empresarial no está exenta de errores o riesgos, lo importante es identificarlos a tiempo y resolverlos.
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Especialización. Aunque tengas toda la experiencia en el mundo de los negocios, jamás serás especialista en todas las industrias y siempre serás proclive a vivir situaciones que podrían desbalancearte. Especializarte te permitirá identificar de forma sencilla tu mercado y, en caso de requerir ayuda, apoyarte en más asesores empresariales.
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Creatividad. Por lo general, cuando las empresas solicitan consultoría empresarial es porque ya han intentado resolver la problemática de diversas formas. Asume que ya pasaron por los caminos más habituales y muestra tu creatividad para generar soluciones fuera de la caja.
¿Por dónde empiezas?
Antes de hablar sobre nombres, marcas, logos y otros aspectos relevantes al momento de formalizar una empresa o un emprendimiento de consultoría, analiza tus ventajas competitivas, oportunidades de mercado y diferenciadores:
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Inventaría tus habilidades. Identifica tus áreas de experiencia y enlista tus conocimientos y habilidades duras y blandas. ¿Sobre qué temas, industrias o saberes has construido la mayor parte de tu trayectoria? Recapitular sobre tus logros te ayudará a identificar dónde puedes aportar mayor valor.
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Alinea tus credenciales. Alguien experto es aquella persona con amplia experiencia en un área determinada. En este campo, enlista tus grados académicos, diplomados, cursos, talleres, y todo lo relacionado con tu formación.
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Puntualiza tu objetivo. Pregúntate qué te motiva a hacer esto y cómo deseas impactar en la vida de tus clientes: ¿es solo un tema económico, o también involucra otras satisfacciones y recompensas, como el involucramiento en proyectos o el saber que perfeccionas y solucionas el trabajo de los demás? Aclarar tu motivación te permitirá tomar las decisiones correctas y centradas en valores, así que nunca la olvides.
Analiza tus ventajas competitivas, oportunidades de mercado y diferenciadores
Elabora un plan de negocios
Sea cual sea el tamaño o formato de tu emprendimiento, desarrolla un plan de negocios que funcione como brújula para tu camino. Recuerda incluir cinco elementos clave:
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Plan de comercialización.
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Proyecciones financieras.
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Investigación de mercado.
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Propósito comercial.
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Declaración de misión.
Todos estos puntos son fundamentales para establecer las bases de cualquier empresa, aunque tu consultoría solo te tenga a ti como empleado. Aunque el plan de negocios puede modificarse según las necesidades de tu proyecto, tu plan ayudará a no perder el enfoque. Adicionalmente, contempla:
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Resumen ejecutivo. Es, tal cual, un resumen, de gran utilidad para que lo lean inversionistas, socios o instituciones financieras, en caso de ser necesarios.
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Descripción de la compañía. Presenta tu empresa, valores, filosofía, historia, motivación, ofertas clave y declaración de posicionamiento.
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Oportunidad de negocio. Establecerás la necesidad de mercado que va a satisfacer tu consultoría; es decir, qué problema identificas y cómo lo resolverás.
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Análisis competitivo. Determinar la posición que tendrá tu empresa en el mercado; para ello, puedes hacer una análisis FODA.
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Público meta. Usando datos demográficos, psicográficos, conductuales y geográficos, define a tus clientes potenciales.
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Plan de marketing. Enumera las estrategias publicitarias de tu negocio como asesora o asesor empresarial.
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Resumen financiero. ¿Cuánto dinero necesitarás para comenzar esta aventura? Aquí también integra tu plan financiero, por si es necesaria la inversión externa.
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Organigrama. Qué puestos deben ser cubiertos en tu empresa, ya sea con trabajadores de planta o empleados eventuales. Inicialmente tal vez seas solo tú, y aunque ahora no los necesites, es importante integrarlos para definir cómo tendrías que escalar tu emprendimiento.
Para plasmar tu idea inicial, puedes recurrir al Business Model Canvas, un lienzo que te permitirá desarrollar los aspectos clave de un emprendimiento de manera simple y en una sola página. Con esta herramienta de gestión estratégica podrás definir tu modelo, comenzar a operar, buscar financiamiento, plantear objetivos e iniciar la aventura.
Ni la vida ni tu conocimiento terminan después de los 55 años. Al contrario. Realmente, esta etapa es una oportunidad más para conquistar metas, alcanzar la plenitud y dejar huella en el mundo y la industria. Recuerda que el objetivo de la consultoría empresarial es crear valor de forma sostenida, potencializar tu talento y compartir tu conocimiento con jóvenes ávidos de soluciones. ¿Qué dices, comenzamos?
FUENTES
1. La consultoría a través del tiempo - Milenio
2. Cómo ser un consultor empresarial - Magenta
3. Objetivos de una consultoría estratégica en negocios - Gerens
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