¿Próxima misión? Nuevas ideas: conviértete en una máquina creativa

“Podrás decir que soy un soñador, pero no soy el único”, dice John Lennon en Imagine, una de sus canciones más célebres como solista y un verdadero himno que nos invita a soñar, creer y actuar en favor de un mundo mejor.

Haz memoria: ¿cuándo fue la última vez que tuviste una buena idea? ¿Fue resultado de un proceso consciente o surgió por generación espontánea? Tal vez apareció una noche, luego de que apagaras la luz, soltaras el celular y te desconectaras de los pendientes del día para relajar tu mente, o mientras te bañabas o conducías en un embotellamiento.

La creatividad juega un papel clave en la historia de la humanidad. Imagina, ¿qué hubiera pasado si los moradores de otros tiempos hubieran creído que no tenía sentido cambiar el statu quo? Sin ideas creativas e innovadoras, seguiríamos siendo nómadas, por ejemplo.

La creatividad es una fuente inagotable de recursos. Si encontraras la lámpara de Aladdín y en vez de pedirle al genio mucho dinero pidieras la capacidad de generar ideas extraordinarias –geniales, literalmente–, verías la diferencia. El dinero lo podrías malgastar, pero con la capacidad de generar ideas no tendrías que preocuparte por el dinero en el futuro. ¿Qué vale más, entonces: el dinero o las ideas para obtenerlo?

Como sabrás, no hay app que sirva para generar una idea original. Spoiler alert: ni la habrá. Tal vez en YouTube puedas encontrar un tutorial con recomendaciones sobre cómo llegar a esa idea, pero no existe, ni aquí ni en China, una herramienta tecnológica que genere ideas por ti.

Los humanos, afirma Yuval Harari en Homo Deus, todavía podemos ganarle a las máquinas, pues estas aún no son creativas, y eso es porque la creatividad surge de las emociones —esos algoritmos humanos— que nos hacen buscar superar la carencia, romper la lógica, equivocarnos y, sobre todo, sucumbir ante la imaginación.

Y si la creatividad ha sido básica para alcanzar nuestro desarrollo como especie, todo indica que seguirá siendo igual de importante en el futuro: está entre las habilidades de los trabajos del mañana, como parte de las llamadas soft skills, el conjunto de herramientas a partir de las cuales se formarán los líderes del futuro (en el pasado, el liderazgo se basaba sobre todo en la posesión de hard skills, que seguro aprendiste durante la carrera o en algún diplomado o especialización). Por ello, aunque si bien para 2025 las máquinas habrán reemplazado a los seres humanos en la mayoría de las tareas, las mentes innovadoras serán cada vez más necesarias para las empresas.

Sin ideas creativas e innovadoras, seguiríamos siendo nómadas

Todos podemos ser creativos

Y dado que la creatividad es tan importante, ¿podemos desarrollarla? Una investigación realizada por Steven Kachelmeier, Laura Wang y Michael Williamson, de la Universidad de Illinois, reveló dos cosas fundamentales: que la creatividad se puede incentivar y que las buenas ideas necesitan tiempo para materializarse.

Para los investigadores, dedicar tiempo para generar la mayor cantidad de ideas posibles y luego hacer una pausa de veinte minutos podría ser una buena fórmula para hacer crecer nuestra capacidad creativa. “Necesitas tomar un descanso y desconectarte –apuntó Kachelmeier, en un artículo publicado en ScienceDaily–. La receta para la creatividad es intentarlo y frustrarse porque no va a suceder. Relájate, siéntate, y luego sucede”.

Muy en sintonía, Adam Grant, un estudioso de las mentes creativas, da al menos tres consejos para ser creativos a partir de su observación de genios innovadores:

Procastina un poco. Toma tu tiempo, pues las mejores ideas para los proyectos llegan conforme más se acerca su fecha de entrega.
Ten miedo y dudas. Las ideas puestas en duda mejoran, y dudar mejora nuestra práctica creativa porque refina nuestro pensamiento y nos obliga a ser más innovadores.
Ten malas ideas. Y muchas. Llénate de ellas: la capacidad creativa se ejercita como cualquier otra habilidad humana, y entre más ideas malas o poco innovadoras generes, más cerca estarás de gritar “¡eureka!”.

Aunque no existen fórmulas mágicas para producir ideas, hay técnicas y procedimientos con los que podemos estimular la imaginación y creatividad –¿quieres una muestra? Haz clic aquí–.

Aunque no existen fórmulas mágicas para generar ideas, hay técnicas o procedimientos con los que podemos estimular la creatividad

**¿Te sirve un tip creativo? Vuelve a ser niño, o sé otra cosa**

Es probable que nunca hayamos sido tan creativos como cuando niños. El pensamiento infantil vio nacer nuestros gustos e intereses y el comienzo de nuestro desarrollo emocional; ahí está nuestro origen, y la creatividad tiene mucho que ver con esa originalidad.

Por ende, para incentivar nuestra creatividad y volvernos verdaderos “generadores” de ideas innovadoras, siempre será provechoso preguntarnos: “Eso que me gustaba de niño, ¿qué relación tiene con lo que hago hoy o con el problema que quiero solucionar?”, “¿Qué habría inventado cuando pequeño para responder esta pregunta?”, “Si fuera mucho más inocente, ¿qué diría a propósito de esto?”.

En ese sentido, el juego ha funcionado siempre como un incentivador de las ideas. De pequeños, cuando lo hacíamos sin el temor al ridículo que podríamos haber adoptado al crecer, jugar nos permitía explorar y vivir nuestro mundo interior. Por ende, un buen ejercicio para la creatividad sería realizar un juego de roles. Imagina, por ejemplo, que eres de un género distinto, o un animal, o un objeto, ¿cómo verías las cosas desde tu sitio y condición? ¿Qué pensarías? ¿Cómo resolverías un problema que se te presentara? ¿Qué dirías y cómo interactuarías con otros? Vamos, sin temor al ridículo: cierra los ojos, ¡inténtalo ahora mismo!

La creatividad nos permite unir puntos que al principio parecían imposibles de asociar, y eso nos lleva a ver resultados asombrosos. Al final, como decía cierto personaje animado, “lo importante es nunca dejar de hacer preguntas”.