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    ¿Cómo leer un contrato laboral?

    ¡Lo lograste! Ese nuevo empleo es tuyo (o está a un par de pasos de serlo). Pero cuidado, no dejes que te gane la emoción de haberlo conseguido: saber leer con atención un contrato de trabajo (como el que estás por firmar) podría ser más importante de lo que crees. Aquí te decimos cómo hacerlo.

    Todo cambio (o el inicio) en tu vida laboral puede ser muy emocionante. Tanto que quizás te lleve a fluir y olvidar, al menos por un momento, las cuestiones legales relativas a este paso. Y no estás mal: los cambios así suceden rápidamente y confías en la seriedad de la empresa que te recluta, por lo que das por hecho que ellos se encargarán de todo y no habrá mayor conflicto.

    Sea o no así, es bueno saber qué vale la pena revisar en todo contrato laboral. No porque necesariamente sean engañosos (nunca está de más conocer aquello de las famosas “letras chiquitas”, esas cláusulas que protegen a la empresa pero pueden ser un conflicto futuro para quien labora en ella), sino para tener protección y evitar cualquier sorpresa.

    Y tal cual sobre eso va este artículo: cómo leer un contrato laboral. Bien (dicen que) lo afirmaba Francis Bacon, filósofo, político y abogado británico: “El conocimiento se adquiere leyendo la letra pequeña de un contrato; la experiencia, no leyéndola”.

    Sea o no así, es bueno conocer qué vale la pena revisar en todo contrato laboral para evitar cualquier sorpresa

    ¿Qué tienes que checar en un contrato de trabajo?

    Sí, pueden ser varias páginas y muchos párrafos repetitivos. Eso es porque, como sabes, un contrato laboral sirve para formalizar legalmente la relación entre empleado y empleador, estipulando las responsabilidades y obligaciones de ambas partes. La existencia de un contrato de trabajo ofrece seguridad no solo a ti, sino a la empresa, por el compromiso que establece.

    Entonces, de inicio, considera que sin importar la naturaleza del empleo o sector en que ejerzas tu vida laboral, siempre debe existir un contrato laboral. El artículo 25 de la Ley Federal del Trabajo estipula que este debe contener la siguiente información:

    1. Datos completos, tanto tuyos como de la empresa. Es imprescindible que ambas partes señalen los básicos de su identidad. Asegúrate de que la razón social de la empresa que te contrata aparezca en el documento, y que tu nombre esté correcto y completo.

    2. Tipo y duración del contrato. Existen diferentes tipos de contrato y sus características varían mucho; por eso es necesario que sepas cuál estás a punto de firmar:

    • Contrato por obra o tiempo determinado.

    • Contrato por temporada.

    • Contrato de capacitación inicial.

    • Contrato por tiempo indefinido.

    Considera que si te contratan temporalmente, no deberías firmar más de dos contratos de esa naturaleza (una antigua maña de las empresas para no generar los beneficios de la antigüedad ni contratar indefinidamente).

    1. Fecha de ingreso. Debes fijarte en la fecha en que inicias tus labores sea la correspondiente.

    2. Descripción de las actividades que realizarás.

    3. Lugar y horario en que prestarás tus servicios. Es factible que el contrato te ponga a disposición de las necesidades del empleador, lo que podría incluir cambios de residencia (acláralo antes de firmar). Además de esto, el documento debe transparentar qué sucederá con el pago de horas extras o su negociación. En este artículo, publicado por Expansión, se explica que “la Ley Federal de Trabajo estipula una jornada laboral de 40 horas a la semana, con dos días de descanso, a menos que el tipo de trabajo requiera que el empleado labore durante seis días”.  

    4. Sueldo acordado. La ley estipula que tu remuneración debe considerar la posibilidad de negociar un aumento. Revisa que se especifique la cantidad que recibirás, el periodo de pago (mensual, semanal, quincenal), el tipo de salario (puede ser por unidad de tiempo, mixto, nominal, entre otros) y el día, lugar y medio en que lo recibirás. De igual manera, te recomendamos tener presente la diferencia entre sueldo bruto y sueldo neto:

    • Sueldo bruto. Cantidad antes de impuestos.

    • Sueldo neto. Cantidad que recibe el trabajador una vez que se descuentan los impuestos.

    1. Prestaciones que recibirás por tus actividades. Algunas son por ley, como IMSS y afore; sin embargo, puede haber superiores, como servicio de comedor, vales de despensa, vehículo (o combustible), horarios flexibles, opción de home office, seguro médico, capacitación, bonos. Revisa si estas son solo para ti o son extensivas para tus familiares, especialmente en cuanto a un seguro médico.

    Asegúrate que toda la información anterior te quede clara y esté correcta y conforme a lo que negociaste. si no lo hiciste, resuelve todas tus dudas antes de firmar. 

    La ley estipula que tu remuneración debe considerar la posibilidad de negociar un aumento

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    No firmes nada que no entiendas

    Tómate todo el tiempo para leer tu contrato laboral. Tu empleador debe dártelo; desconfía si pretende que firmes sin leer. Al revisarlo, además de los puntos antes referidos, considera que se estipulen de manera precisa estos tres aspectos:

    1. Vacaciones. Por ley, corresponden seis días naturales al cumplir un año trabajado, o lo que se indique si se trata de un contrato colectivo, y estos van aumentando conforme pase el tiempo. 

    2. Aguinaldo. Pagadero antes del 20 de diciembre de cada año, equivalente al menos a una quincena de sueldo (o su parte proporcional según el momento del año en que te integras a la organización).

    3. Herramientas de trabajo. Tu contrato debe estipular quién se hará responsable de brindar las herramientas de trabajo (incluidos laptop y celular) y, de ser posible, cuáles serán estas.

    4. Cláusulas adicionales. Se refiere a las cláusulas de confidencialidad, exclusividad, derechos de autor o protección de datos, por ejemplo; hoy en día, no puedes escatimar atención y no revisarlas.

    ¡Muy importante! Aunque sabemos que tener una vida laboral es imprescindible y que te mueres por empezar esta nueva aventura, nunca firmes hojas en blanco –algo totalmente ilegal– o documentos cuyo contenido no alcances a comprender cabalmente. También, evita firmar si las condiciones laborales que te ofrecieron no coinciden con lo que dice el contrato ni realices pagos por concepto de capacitaciones, inversiones o cursos, a fin de evitar algún tipo de abuso o fraude por parte del empleador.

    Frente a cualquier duda, pregunta al responsable antes de firmar. Es preferible que dejes pasar esa oportunidad (o lo que se le parezca) si algo no te convence o es incorrecto a que te comprometas en un proyecto cuyas condiciones terminen siendo inestables o injustas para ti.

    Por último, asegúrate de conservar una copia al menos digital de tu contrato de trabajo, pues en caso necesario (tocamos madera), esa versión podrá protegerte. En caso de identificar alguna irregularidad o incumplimiento, asesórate en la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo, donde también podrán acompañarte legalmente si lo necesitas.

    Aunque difícilmente te lo enseñaron en la escuela, lo cierto es que entender qué es un contrato de trabajo y saber leerlo es algo tan básico como saber cambiar un foco o reparar un grifo: un conocimiento elemental que hará que tu vida laboral inicie con el pie derecho y te evitará futuros contratiempos o malas experiencias que, incluso, podría traerte indeseables consecuencias legales. 

    Ahora estás lista o listo: ¡a leer, a firmar y a empezar esta nueva travesía en tu vida laboral!

    FUENTES

    1. Contratos, lee hasta la última letra - Expansión

    2. Contrato de trabajo: antes de firmarlo, ¡verifica que tenga estos datos! - OCC

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