Llevas ya varias semanas con tu atención puesta en LinkedIn, consultando bolsas de trabajo y enviando tu currículum a todos lados cuando ocurre lo que habías estado esperando: del otro lado del teléfono, alguien pregunta tu disponibilidad de agenda para una entrevista (o una videollamada). Entonces adviertes que te falta algo fundamental: nadie te ha dicho cómo prepararte para una entrevista de trabajo.
Aunque te entusiasma esta nueva oportunidad, al visualizarte en ese momento sientes cómo te llenas de preguntas: ¿qué me pongo? ¿Qué digo? ¿Cómo me preparo para la ocasión? Quieres quedarte con el puesto, pero tienes muchas dudas sobre cómo debe ser tu desempeño para lograrlo.
Calma, que has llegado al lugar indicado: ¡échale un ojo a este checklist de seis puntos que te recomendamos seguir para que esa entrevista sea un éxito!
1. Busca información sobre la empresa a la que aspiras ingresarSu giro, filosofía corporativa, actividades sociales… de ser posible, recaba opiniones de sus colaboradores (tal vez haya alguno en tus redes de contactos a quien podrías consultar). Esto no solo te ayudará a confirmar tu deseo de formar parte de su equipo: si la encuentras afín a tus intereses, podrás alinear tu presentación a sus expectativas.
2. Anticipa y prepárateDe acuerdo con un artículo publicado en el blog de OCC Mundial, la bolsa de trabajo con más usuarios en México, los reclutadores suelen hacer cinco tipos de preguntas:
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- Rompehielo
Aunque te parezcan “inofensivas”, el entrevistador encontrará en tus respuestas información muy relevante, así que tómalas en serio:
- Rompehielo
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- Háblame de ti (enfócate en lo profesional).
- ¿Qué piensas hacer en el corto plazo? (Piensa en algo que revele tus prioridades y elige las que puedan vincularse con el puesto al que estás aspirando).
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- Incómodas
Buscan identificar en ti rasgos que puedan ser de cuidado: si eres conflictivo, inestable, ineficaz, etc.:
- Incómodas
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- ¿Por qué duraste tan poco en tu trabajo anterior? (Consejo: evita dar la impresión de inestabilidad).
- ¿Cómo era tu jefe anterior? (Aunque debes priorizar la sinceridad, evita hablar mal de tu empresa o jefe anterior. Siempre hay una forma de responder políticamente, si fuera el caso. De entre tu experiencia u opinión, recupera aquello que tengas que agradecer a tu líder anterior).
- ¿Por qué duraste tan poco en tu trabajo anterior? (Consejo: evita dar la impresión de inestabilidad).
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- Difíciles
Exploran tus fortalezas y debilidades, laboralmente hablando:
- Difíciles
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- ¿Cómo manejas la pérdida y la incertidumbre? (En otras palabras: ¿cómo anda tu inteligencia emocional?).
- ¿Cuánto quieres ganar? (Investiga previamente para dar una cifra realista –esta herramienta te puede servir para calcularla–, y aprovecha para preguntar sobre prestaciones y plan de crecimiento).
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- Capciosas
Exploran más tu personalidad que tu perfil laboral:
- Capciosas
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- ¿Qué haces cuando te aburres? (Busca una respuesta sincera que no sea comprometedora).
- ¿Cuál es tu mayor defecto? (Evita el lugar común de decir que “eres perfeccionista”, ¡ya nadie lo cree, y solo te hará quedar mal! Aquí encontrarás algunas buenas ideas de qué responder.
- ¿Qué haces cuando te aburres? (Busca una respuesta sincera que no sea comprometedora).
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- Retadoras
Revelan cómo te enfrentas a la adversidad:
- Retadoras
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- ¿Cuál es el principal riesgo que has asumido? (Esto dirá mucho sobre tu audacia y capacidad para tomar decisiones).
- ¿Por qué crees que debemos contratarte? (Alinea tus principales fortalezas con las características del puesto para encontrar la respuesta más convincente).
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Directores de empresas reclutadoras como Red Ring o Grupo Human coinciden en que ahora las preguntas dependen mucho del contexto. Un claro ejemplo de ello, en esta época de pandemia, sería preguntarte qué has hecho durante la contingencia. Esto permitiría al reclutador averiguar sobre tu disposición para aprovechar el tiempo y desarrollar nuevas habilidades, o bien, sobre su capacidad de adaptación frente a una situación adversa.
Como verás, cada pregunta, por más extraña o trivial que te parezca, tiene la intención de explorar algo sobre ti y tus habilidades, de modo que la empresa pueda medir si te adecúas a lo que necesitan para el puesto. ¿Ves qué tan importante es pensar tus respuestas con anticipación?
3. Cuida tu comunicación no verbal
¿Alguna vez has escuchado aquello de “una imagen vale más que mil palabras”? Ten esto en cuenta y cuida tu comunicación no verbal, que puede ser una gran aliada o tu peor enemiga. Si la entrevista es presencial, siéntete con la libertad de actuar de acuerdo con los protocolos sanitarios, evitando saludar de mano y guardando sana distancia.
Eso sí: asegúrate de mirar a los ojos a quien te reciba, cuida la verticalidad de tu postura y evita gestos que denoten nerviosismo o rigidez. Mostrarte natural reflejará tu capacidad para manejar la presión.
4. Vístete para la ocasión
La vestimenta también es un mensaje que tendrá una lectura por parte de quien te entreviste. De acuerdo con head hunters y coordinadores de moda, una opción que evita los extremos de formalidad e informalidad es usar pantalón y camisa de vestir o blusa, saco, y no llevar corbata ni otros accesorios que cubran el cuello.
Si eres muy trendy, y particularmente si estás aplicando a puestos creativos o de liderazgo flexible, puedes agregar un accesorio que refleje tu personalidad, como esos zapatos que tanto te gustan o unas medias o calcetines con las que sientas comodidad.
¿Tienes piercings o tatuajes por los que sientas orgullo? Muéstralos sin culpa, igual que tu corte y color de pelo; solo asegúrate de que todo se vea impecable.
5. Cuida cada detalle técnico
Si el plan es realizar la entrevista por videollamada, conéctate unos minutos antes para tener tiempo de reaccionar ante cualquier problema técnico. Algo muy importante: cuida que el fondo y la iluminación sean los adecuados.
6. Reafirma tu interés antes de irte
¿Alguna vez has escuchado aquello de “una imagen vale más que mil palabras”? Ten esto en cuenta y cuida tu comunicación no verbal, que puede ser una gran aliada o tu peor enemiga. Si la entrevista es presencial, siéntete con la libertad de actuar de acuerdo con los protocolos sanitarios, evitando saludar de mano y guardando sana distancia.
Y después de la entrevista, ¿qué?
Para Margaret Buj, especialista con más de quince años de experiencia en la contratación para empresas de tecnología global y comercio electrónico en Europa y Estados Unidos, enviar un mail de agradecimiento a los entrevistadores en los siguientes dos días es una buena manera de dar una impresión favorable. El mensaje debe ser breve y enfocarse en agradecer a quienes participaron en la entrevista por su tiempo, además de reiterar el interés por el puesto.
Ahora bien, ¿qué hacer si transcurre más tiempo del que creías sin recibir señales? Madeline Mann, especialista en recursos humanos, recomienda hacerse tres preguntas clave en estos casos:
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- ¿Cuándo debo comunicarme si ellos no lo hacen?
Si dicen que se comunicarán contigo en tal fecha y no sucede, búscalos un día después. Si te dicen que lo harán “en unas semanas”, comunícate en quince días. Si no te dan un plazo, búscalos cada cinco días hábiles.
- ¿Cuándo debo comunicarme si ellos no lo hacen?
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- ¿Qué debo considerar si no se comunican conmigo?
Esto puede tener varias explicaciones que no guarden relación contigo, sino con alguna situación que les impida hacer contrataciones. También pueden estar enfrentando distracciones internas. Recomendación: manda un correo para reiterar tu interés y tu disposición para brindarles más información si la necesitan.
- ¿Qué debo considerar si no se comunican conmigo?
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- ¿Cuánto debo insistir sin llegar a molestar?
No recibir una respuesta te da derecho a pedirla, pero hazlo con prudencia. Insiste al menos tres veces vía mail, presentando cada uno como una actualización: puedes informarles de que estás desarrollando una nueva habilidad, que sigues un proceso similar con otra empresa o, simplemente, recordar tu entusiasmo por la oportunidad.
- ¿Cuánto debo insistir sin llegar a molestar?
Por último, aunque recién hayas egresado y estés frente a tu primera o una de tus primeras entrevistas de trabajo, toma las cosas con calma (aprovecha el tiempo muerto en seguir construyendo tu marca personal, por ejemplo) y no te precipites a aceptar una propuesta si no te llena del todo. Estás frente a una decisión trascendente, que determinará el rumbo de tu vida, y lo mejor es dar pasos firmes. ¡Seguro vendrán más oportunidades!
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