Con el paso del tiempo, conceptos como trabajo, normalidad y bienestar han ido cambiando, y con ello se han establecido nuevos retos para los líderes y para las empresas con miras a buscar el bienestar en el trabajo. Con tantos cambios, ¿imaginas a qué nos vamos a enfrentar en el futuro?
Quien no conoce el ayer está destinado a repetir errores mañana. Esta afirmación común hace pensar en el aprendizaje sobre las transformaciones, lo que incluye cómo nombramos las cosas. En el siglo XXI, por ejemplo, buscamos que “trabajo” signifique bienestar, no tortura o esclavitud; y “confinamiento”, libertad y salud, no restricción de movimiento. Pero, ¿es esto posible?
No exageramos: de acuerdo con la Real Academia Española, la palabra trabajar viene del latín tripalium, instrumento de tortura de tres palos. Y aunque el ser humano necesita llevar a cabo alguna actividad o desempeñar un oficio para generar su propio sustento y recibir a cambio sal, trigo, dinero o bitcoins, que un lugar ofrezca buenas condiciones laborales y sea una buena opción para trabajar depende en gran medida del líder que encabeza la organización y las políticas que establezca.
En el amanecer de la historia...
El bienestar en el trabajo debe hacer que el trabajador involucre el corazón en sus actividades. Esta afirmación, que podría sonar cursi o melosa, representa una realidad que ha acompañado al hombre desde que la división del trabajo sembró las bases del mercado moderno.
Antecedentes del salario en el mundo relata que Ramsés II, faraón de Egipto (1301 a 1235 a.C.), trataba muy bien a quienes trabajaban en la elaboración de su estatua: “He asegurado vuestra subsistencia en todos los productos, pensando en que trabajaríais para mí con un corazón agradecido; me he preocupado constantemente de vuestras necesidades, multiplicando vuestros víveres, porque sé que el género de trabajo que hacéis se hace con alegría cuando se tiene lleno el vientre. […] He hecho todo eso diciéndome que encontraríais en ello un motivo para trabajar para mí con un corazón unánime”.
Ramsés II –como los CEO de empresas que figuran en el ranking de las mejores empresas para trabajar– consideraba que para concluir con satisfacción una obra a su mando los trabajadores no solo tenían que poner sus manos en el trabajo, sino sentir alegría al desempeñar su labor.
En contraste con Ramsés II, en tiempos de Julio César, en Roma, los trabajadores eran literalmente esclavos y estaban obligados a trabajar de sol a sol, mientras que a los libertos u hombres libres les concedían ocho horas de jornada.
Que un lugar ofrezca buenas condiciones laborales y sea una buena opción para trabajar depende en gran medida del líder que encabeza la organización y las políticas que establezca
La tecnología y la mano del hombre (y su compensación)
En la Revolución Industrial, las máquinas aligeraron el trabajo del hombre, pero diluyeron los salarios y ensancharon la división de clases. Las condiciones de trabajo no estaban reguladas por ley, así que el buen o mal trato a los empleados y trabajadores (o esclavos en Estados Unidos y jornaleros en México) dependía de la personalidad del dueño.
El trabajo es necesario, pero su justa y equilibrada compensación ha generado una tensión social (materialismo dialéctico, como lo llamó Carlos Marx) que prevalece hasta nuestros días y marca la historia del hombre. Cada año, cuando se negocia el contrato colectivo o se realiza un estudio sobre clima laboral, el relato es el mismo: empleados y trabajadores versus empleadores empresarios.
Es importante señalar que cuando el líder no tiene control sobre las recompensas de la organización, o cuando no existe una estrecha colaboración entre el líder y los mandos superiores, el liderazgo es anulado. Al final de cuentas, como señalaba John C. Maxwell: "Liderazgo es influencia, nada más, nada menos”. ¿Qué, si no mediar por el bien de sus trabajadores ante su empresa, es lo que debería hacer un líder?
Lograr el balance entre lo que demandan unos y lo que pueden ofrecer otros para satisfacer esas demandas es el reto de cualquier líder organizacional. De acuerdo con el concepto de John Maxwell, el liderazgo hace referencia a la habilidad o capacidad interpersonal del líder y de cómo este influye, induce y anima a los empleados a llevar a cabo los objetivos de la empresa con entusiasmo y propia voluntad (como ya sugería, hace miles de años, Ramsés II).
¿Qué, si no mediar por el bien de sus trabajadores ante su empresa, es lo que debería hacer un líder?
Nadie se va antes que el jefe (¿y ahora que hacemos home office?)
Durante la segunda mitad del siglo XX, el mundo corporativo creció en responsabilidades, pero también en paradigmas. Hoy en día, mientras que en países desarrollados como Japón se considera un problema de productividad trabajar horas extras, en México existe un código tácito, según el cual, por ejemplo, nadie debe irse antes que el jefe, a riesgo de ser considerado un mal colaborador.
La sobrecarga de horas laborales en el mundo corporativo genera estrés innecesario, en un entorno donde, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), México supera a China y a Estados Unidos en cuanto al índice de estrés laboral. ¿Qué podrían decirnos estos datos sobre el equilibrio de las labores en nuestro país?
El estrés, aunado a la falta de motivación y crecimiento, suele convertirse en una fuente de insatisfacción y atentar contra el bienestar. Por eso, todas las empresas buscan retener al talento no solo con mejores compensaciones, sino creando las condiciones para un trabajo digno, sin importar el giro y el tamaño de la empresa.
Para combatir y minimizar la fatiga laboral por estrés, el Estado mexicano emitió la Norma Oficial Mexicana 035, que procura condiciones dignas de trabajo y la protección de los trabajadores. A su vez, monitorea los riesgos psicosociales a los que puede estar expuesto el empleado, como violencia laboral o jornadas de trabajo que exceden lo reglamentado. Y aunque la ley ayuda, es el líder quien se encarga de que esto se ponga en práctica en toda la organización.
El estrés, aunado a la falta de motivación y crecimiento, suele convertirse en una fuente de insatisfacción y atentar contra el bienestar
Lo que quieren tus empleados: intención positiva en las empresas
Las empresas del siglo XXI deben mostrarse receptivas con respecto a lo que el empleado necesita para atraer y retener al verdadero talento, pero esto implica una serie de retos que a menudo las empresas no están dispuestas a enfrentar.
En entrevista exclusiva para el Blog de EXATEC, Mariano Natale, Vicepresidente de Operaciones de Prolaurum, empresa líder en Latinoamérica en executive search, señala: “Las empresas en Latinoamérica buscan atraer CEO de primer nivel que quieran impulsar el cambio, pero cuando estos llegan se enfrentan con una dura realidad: la empresa no está lista para el cambio y el candidato declina. ¿Qué beneficios buscan los buenos líderes? En general, quieren flexibilidad operativa y buscan no solo compensaciones económicas, sino un mejor balance con su entorno familiar”.
Por citar un ejemplo, antes de la pandemia era común que los empleados solicitaran hacer home office por lo menos un día a la semana. El jefe inmediato podía estar de acuerdo con ello, pero si en las pautas organizacionales era indispensable la huella o la firma para cumplir con la asistencia, por más que el líder quisiera impulsarlo, la organización no se lo facilitaba.
Esto hace evidente que el bienestar del grupo comienza con el líder, pero su reto consiste en entender el ecosistema y llevar a la organización —y a él mismo— hacia una cultura más flexible.
Según Natale, los empleados empiezan a visualizar el trabajo como algo que se puede personalizar. Un estudio de Manpower parece ratificarlo: los millennials hombres quieren algo distinto a las mujeres gen Z y estas a su vez algo diferente a los babyboomers. Esto cuestiona las políticas homogéneas del siglo XX, como horarios rígidos, un lugar de trabajo determinado, permiso de maternidad o paternidad, bonos y vacaciones, sobre todo entre trabajadores administrativos.
En cambio, en áreas operativas sigue imperando la necesidad de los trabajadores de:
a) Contar con espacios adecuados, seguros y dignos para realizar sus labores.
b) Servicio de comedor o facilidades para obtener alimentos saludables.
c) Formación y capacitación.
d) Reconocimiento y participación en decisiones de la empresa.
e) Equilibrio entre los ámbitos personales, laborales y familiares.
“La personalización de la compensación y políticas de bienestar se ven sobre todo en empresas de tecnología y de nueva generación. En cambio, quienes buscan oportunidades de liderazgo en manufactureras tradicionales buscan más el seguro de gastos médicos, aguinaldos, pensiones o cursos que los ayuden a crecer en conocimiento para desempeñar mejor su puesto”, puntualiza Natale.
¿Tú tienes una empresa o eres líder de equipos? ¿Qué estás ofreciendo de lo solicitado por los trabajadores del siglo XXI? Las nuevas generaciones, según OCC, están más dispuestas a probar nuevas oportunidades y experiencias y el verdadero talento se va si no las encuentra en su organización. Esto pone a las empresas frente a retos nunca antes vistos.
¿Tú tienes una empresa o eres líder de equipos? ¿Qué estás ofreciendo de lo solicitado por los trabajadores del siglo XXI?
El futuro del bienestar laboral: ese panorama incierto
Durante la pandemia del 2020, la nueva normalidad trajo consigo nuevas responsabilidades, cuidados y protocolos que toda empresa debe seguir para garantizar el bienestar de sus empleados. Según los lineamientos federales, las compañías tendrán que implementar estrategias para promover la salud y seguridad sanitaria en el entorno laboral, como promoción a la salud (capacitación sanitaria) y medidas de prevención de contagio en el centro de trabajo.
Finalmente, los empleadores pueden y tienen la obligación de proporcionar y requerir a los empleados el uso de equipo de protección personal para mitigar el riesgo de contagio, y los líderes tendrán que asegurarse de que se cumpla, enfrentando incluso opositores a las normas.
En cuanto al trabajo en casa, antes de la pandemia del COVID-19, la Universidad de Stanford ya había dado a conocer un estudio en el que se demostraba que la productividad no dependía de estar en la oficina. Lo que se observa, sobre todo en las empresas de servicio, es que los empleados no quieren volver a una instalación, por lo menos no en tiempo completo. Justo lo que apunta el estudio: la mejor opción podría ser un modelo híbrido.
Más allá del miedo al contagio, hay un cambio en la modalidad del empleado promedio que ve el trabajo desde una nueva óptica, y ese es un gran reto para la sociedad en su conjunto: ¿cuál es hoy el sentido de ir a una oficina? ¿Cómo evolucionará el concepto de trabajo y cómo lo hará, a la par, el de bienestar? ¿Y cómo se procurará el bienestar laboral mientras no haya una vacuna contra el COVID-19? ¿Lo has pensado?
FUENTES
1.- Antecedentes del salario en el mundo. - Pearson en español
2.- Ranking Nacional 2020. - Great Place To Work
3.- Factores de riesgo psicosociales del ambiente laboral. - Gobierno de México
4.- Cerrando la brecha de habilidades: lo que los trabajadores quieren. - ManpowerGroup
5.- Obligaciones de las empresas en la nueva normalidad. - Viridiana Escotto
6.- Uso de cubrebocas pone en riesgo derechos humanos. - María Fernanda Navarro
7.- Why Working from Home Is a “Future-Looking Technology”. - Shana Lynch
8.- Esquema de trabajo híbrido ante COVID-19. - Sandra Rodríguez
9.- Factores del desarrollo profesional y de compensaciones. - Sergio Manuel Madero
10.- La ética laboral, por ti y por tu empresa. - Observatorio laboral
Comentarios