Decidir con quién compartir casa o departamento es cosa seria, o debería de serlo, ya que es una relación que influirá en tu calidad de vida durante los próximos meses (incluso años). Por eso, quisimos aprovechar este espacio para compartirte algunas de las recomendaciones que te pueden ayudar a tomar mejores decisiones al respecto.
Ya algunos amigos o conocidos te habrán contado de lo que tuvieron que pasar cuando decidieron independizarse y, entre muchas cosas, de cuando llegó el momento de elegir roomies.
Siempre es más fácil encontrar información sobre lo que debes considerar al mudarte, que sugerencias para encontrar la compañía ideal –o bien, las consecuencias de vivir con alguien incapaz de adaptarse a la vida en común–. Aquí, vale la pena hacer una pequeña introspección y autocrítica para responder: ¿serías tú una buena opción para compartir casa o departamento?
Antes de tomar cualquier decisión sobre la o las personas con quienes te gustaría compartir espacio, piensa en la verdadera razón por la que quieres tener roomies. ¿Los necesitas para pagar la renta? ¿Deseas vivir ese tipo de experiencia? ¿Quieres evitar estar solo o sola?
Es importante definir este tipo de asuntos, ya que, para vivir con alguien, es necesario establecer una serie de reglas que favorezcan la convivencia. A final de cuentas, no solo se trata de decir “Quiero vivir con mis mejores amigos o amigas”; pues, a veces, en donde parece que nada puede salir mal, es en donde sale peor, y en esos casos, hasta podrías perder a tus amistades.
Solo imagina lo que sería vivir con alguien que no lava los trastes que usa y que siempre deja sucias las zonas comunes. O, ¿qué tal que tus roomies son muy ordenados y tú más bien tiendes a vivir en desorden?
Antes de tomar cualquier decisión sobre la o las personas con quienes te gustaría compartir espacio, piensa en la verdadera razón por la que quieres tener roomies.
Sé realista y establece reglas
Algo que debes tomar en cuenta para elegir buenos roomies es que, con el paso del tiempo, los planes de cada quien podrían cambiar: en la película Frances Ha (Noah Baumbach, 2013), el personaje de Frances Halladay y su mejor amiga, Sophie, deciden ser roomies; sin embargo, los conflictos empiezan cuando esta última decide vivir en el lugar de sus sueños, pues Frances no puede costear la renta y esto la enfrenta con una nueva etapa en su vida, una particularmente complicada.
Así que, partiendo de este ejemplo, y en caso de que ya tengas algunas opciones de roomies, te recomendamos considerar lo siguiente antes de embarcarte en la aventura:
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Ubicación y tamaño del inmueble.
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Precio de la renta y cualquier pago extraordinario (como el depósito o la lectura crediticia).
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Quién será el aval.
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Fechas de pago (renta y servicios).
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Si requieren un lugar amueblado, semiamueblado o sin muebles.
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Si necesitan lugar o lugares de estacionamiento.
Aunque no lo creas, aclarar puntos tan simples como los anteriores te puede ahorrar muchos dolores de cabeza.
Una vez que hayas elegido roomies, sigue establecer acuerdos de convivencia para mantener un ambiente armónico y justo para todos. Toma en cuenta que siempre habrá puntos de conflicto, pues nada es perfecto; sin embargo, es posible reducir las diferencias al mínimo y, sobre todo, resolver los problemas de manera cada vez más sencilla.
Estas son algunos de los puntos más importantes para llegar a acuerdos y establecer límites sanos con tus roomies:
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Que cada quien limpie lo que ensucie cuanto antes.
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Hacer un calendario de actividades domésticas, como lavar ropa u organizar las áreas comunes.
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Destinar espacios para cada quien en el refrigerador y el baño; así, quedará más claro qué se puede y qué no se debe ocupar.
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Definir cómo se dividirán los gastos.
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Consultar situaciones importantes con los demás roomies, como organizar una reunión, invitar a alguien más a dormir, traer consigo una mascota o escuchar música sin audífonos.
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Ser receptivo y tolerante con los demás.
Aunque siempre habrá oportunidad de hacer concesiones, es muy importante poner el bienestar y la seguridad de todos en primer plano; para lo cual, es indispensable mantener una buena comunicación. No es necesario que tus roomies y tú se conviertan en mejores amigos –aunque de la convivencia diaria y el compartir experiencias se han generado muchos lazos de hermandad para toda la vida–, pero hace falta el esfuerzo y compromiso de todos para ser buenos compañeros de casa.
Siempre habrá puntos de conflicto, pues nada es perfecto; sin embargo, es posible reducir las diferencias al mínimo.
¿Cuál es la mejor forma de resolver los conflictos?
Retomando algunas ideas planteadas en el artículo “¡Antes de que renuncies!: cómo resolver un conflicto laboral”, publicado en este blog, vale la pena recordar que la actitud siempre es clave en las relaciones interpersonales. De eso depende que, cuando se presente una dificultad, sea posible darle la vuelta: no hay que engancharse ni perder los estribos, pero tampoco hay que guardarse los puntos de vista ni las emociones que la situación haya generado. Es importante que cada una de las partes se exprese, y encuentre en el otro respeto y disposición para llegar a acuerdos.
Otra recomendación es que intentes anticipar los conflictos. Tener un detalle con tus roomies de vez en cuando te ayudará a sacarles una sonrisa, y a mantener un ambiente relajado y amigable (especialmente cuando los días se tornan difíciles).
Por otro lado, date el tiempo de conocer a tus roomies más a fondo e identificar la personalidad de cada uno: no puedes hacerte de la vista gorda, por ejemplo, ante quien resulte ser el más conflictivo. ¡Al contrario! Reconocer este rasgo permitirá que tomes las consideraciones necesarias para que la comunicación sea efectiva.
Ojo: cuando alguien es particularmente problemático, lo mejor es no tomarte nada personal. Esa persona es así por alguna razón y tú no tienes nada que ver con ello. Además, conviene tener en mente estas palabras de Rick Brinkman y Rick Kirschner, autores del libro Cómo tratar con gente a la que no puedes soportar: “Todos somos alguien potencialmente difícil, al menos parte del tiempo”.
Cuando acabas de egresar de la carrera, hay muchos asuntos ocupando tu mente y muy probablemente sientas que ya no queda espacio para pensar en los valores que puedes o no compartir con quienes te relacionas. De hecho, lo más común es asumir que, por sí misma, la amistad lo es todo. Sin embargo, una convivencia sana requiere mucho más que pasarla bien: coincidir en aspectos tan fundamentales como el respeto, la empatía, la humildad, la autoestima, el compromiso, la gratitud o el optimismo, resulta mucho más relevante de lo que parece.
Además, las coincidencias con los otros también dan pie a conversaciones y pasatiempos afines, algo que es de gran utilidad para estrechar los lazos y mejorar la experiencia en todos los sentidos.
¡Así que ya lo sabes! No tomes a la ligera una decisión tan importante como es la elección de quienes podrían ser tus compañeros de casa –o piso o departamento– durante varios años. Puede que ser el o la mejor roomie del mundo requiera atención en muchos aspectos, pero, en resumen, se trata de asegurar tu bienestar y el de los demás.
FUENTES
1. 10 Steps To Being The Absolute Best Roomate Ever - Thought Catalog
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