Por difíciles que parezcan, la mayoría de los problemas en el trabajo debidos a relaciones interpersonales tienen solución. Sin embargo, no siempre sabemos cómo llevarnos con quienes no congeniamos. ¡Calma! Aquí tenemos algunas propuestas.
La vida laboral no siempre es color rosa, de eso no hay duda. Pero no solo eso: puede llegar a ser una auténtica tortura tener que ir todos los días a un lugar en el que no disfrutas estar, hasta que llegue el momento en que ese conflicto laboral se vuelva insoportable y empieces a considerar la idea de renunciar.
Si lo piensas bien, es en nuestro trabajo donde pasamos la mayor parte del tiempo; a veces más que en los asuntos de nuestra propia casa. A tus colegas, tengas o no una buena relación con ellos, puedes llegar a verlos (presencial o virtualmente) más de seis horas al día, de lunes a viernes (o hasta sábados), tanto que, en ocasiones, tras muchos años de colaboración, podrías llegar a considerarles parte de tu familia.
Y ninguna relación que puede ser tan cotidiana y cercana está exenta de posibles conflictos. Somos seres sociales, pero también instintivos y con historias emocionales que, en ocasiones de mucho contacto con otras y otros, salen a relucir, y no siempre de la mejor manera.
¿Cómo superar los conflictos con las y los demás en el trabajo y fortalecer nuestra conexión profesional?
Más bienestar=menos conflicto
Comencemos por lo que pueden hacer las empresas. En ese sentido, tal vez hayas escuchado hablar de la propuesta que lanzó 4 Day Week Global en fechas recientes. Como se intuye por su nombre, esta comunidad sin fines de lucro promueve la idea de que se instituyan semanas laborales reducidas a cuatro días.
Joe Ryle, director de la campaña, explica que “la productividad aumenta en la medida en que los trabajadores reciben beneficios que repercuten en su bienestar”. En otras palabras, si sientes satisfacción y felicidad con tu trabajo y con sus condiciones, realizarás tus tareas con una mejor actitud, no solo hacia el trabajo mismo, sino con tus compañeros, lo que te evitará problemas laborales serios.
Está claro que las jornadas de cuatro días laborales son todavía una posibilidad remota. Sin embargo, para poder mejorar el estado de ánimo general de sus colaboradores y anticiparse a los conflictos derivados de que estos se sientan insatisfechos, tu empresa sí puede cuidar el resto de condiciones y beneficios que otorga, incluido el pago puntual de los sueldos y prestaciones.
Después de todo, las y los colaboradores más satisfechos suelen contribuir mucho mejor a sus proyectos y tareas, lo que consolida a la compañía. Ahora bien, ¿qué sucede cuando estas condiciones son óptimas, pero sigues enfrentando cierta animadversión por esa o ese compañero de equipo o labor? ¿Existe una forma de construir relaciones laborales sanas, más allá del conflicto y las diferencias?
“La productividad aumenta en la medida en que los trabajadores reciben beneficios que repercuten en su bienestar”, Joe Ryle
¿Quién es quién en el trabajo?
¿Te hizo eco la introducción de este artículo? Si estás pasando por una situación de estrés en el trabajo ocasionada por un conflicto interpersonal, te invitamos al siguiente ejercicio de reflexión: primero que nada, pregúntate a consciencia quién o quiénes son las personas que consideras conflictivas. Ojo: no descartes la posibilidad de estar tú también en esa lista. De acuerdo con Rick Brinkman y Rick Kirschner, autores del libro Cómo tratar con gente a la que no puedes soportar, “todos somos alguien potencialmente difícil, al menos parte del tiempo”.
Tener bien ubicadas y ubicados a quienes crees que generan toxicidad en tu relación con tu trabajo (¡tú incluida o incluido!) es el primer paso para atender esas conexiones y mejorar tu ambiente laboral.
Hecho esto, considera que, en lo general, una persona es conflictiva por causas ajenas a ti. Rara vez es algo absolutamente personal. También, toma en cuenta que eso que consideras conflictivo no es carácter, no es un rasgo definitivo. Como tú, tus colegas del trabajo atienden sus labores al margen de sus propias preocupaciones, miedos y sentimientos.
Haz uso de toda tu empatía, no te dejes llevar: “Sabemos que lo que tenemos son tendencias de comportamiento, y no un carácter que se mantiene sí o sí en el tiempo”, explica el doctor en psicología, Guillermo Fouce. En otras palabras, aun la gente más conflictiva tiene la capacidad de cambiar.
¿Alguna vez viste la película Horrible Bosses (2011)? Aunque con las exageraciones propias de todo relato holliwoodense, la cinta puede darte claros ejemplos de las consecuencias indeseables de dejarte llevar por un conflicto laboral a un grado en que, incluso, afecte más que tus círculos sociales y horas de trabajo. ¡No lo permitas!
Evita renunciar… a las personas
Dado que no tratamos con personas conflictivas, sino con los momentos en que lo son, te presentamos algunos de los rasgos personales que pueden generar más conflicto al tratar con ellas, y algunos consejos para relacionarte mejor.
- Agresividad
Las personas que consideramos agresivas suelen mostrar una tendencia a la molestia y estar siempre listas para la confrontación. ¿Te ha pasado que tienes alguna o algún colega cuyos simples comentarios parecen órdenes? Tal vez la clave esté solo en su tono. Para los escritores Brinkman y Kirschner, lo adecuado es encontrar la manera de imponer respeto mirándolas a los ojos y llamándolas por su nombre de una manera calmada. También, trata de controlar tu respiración. Hablar en un tono menor al de la otra persona, paulatinamente, recoloca. Una vez que parezcan tranquilas, recomiendan responder con frases argumentativas iniciadas con “Desde mi punto de vista…”. Ofrece respuestas directas, claras y firmes. ¡Proyectar fortaleza con racionalidad desarma toda actitud agreste!
- Uso del sarcasmo
Cuando hablamos de que las personas utilizan sarcasmos, normalmente nos referimos a que ridiculizan las palabras o actitudes de los demás con comentarios en doble sentido, inapropiados o malintencionados. La actitud sarcástica se resuelve con asertividad: concéntrate en los asuntos directos y desestima la parte lúdica o de broma en el comentario ajeno. Romper la burbuja de la diversión de la otra persona reconvierte la conversación a centrada y profesional. Para conseguirlo, puedes preguntar directamente “Dime, ¿qué quieres decir con eso? ¿Qué esperas que sepa? ¿Puedo apoyar en algo?”.
- Actitud de sabelotodo
Todos hemos tenido colegas que practican ocasionales actitudes en las que transmiten que saben más que los demás o desestiman la inteligencia de sus colegas. Lo mejor que podemos hacer ante esto es plantear las condiciones para un diálogo abierto y humilde. Aclárales que buscas generar conocimiento compartido, aprender de ellas y ellos y manifestar lo que sabes. Pregúntales el porqué de sus posturas, y deja pasar aquello que te dé a entender que califican como erróneos tus argumentos, o que los atacan. No busques ganar, sino construir; que esa sea tu propuesta y meta.
- Quejas constantes
Nunca falta el compañero o compañera a quien todo parece salirle mal, pues suele enfocarse solo en aquello que falla o hace falta. Es común también que esta actitud impida aceptar o buscar soluciones, lo que a su vez vuelve más grande el problema y puede reiniciar el ciclo de queja y agrandar el conflicto (¡y tu desesperación!). Respira. Lo mejor ante esta actitud es hacer equipo con otros colegas para “reducir ese sentimiento de impotencia, ayudándoles a identificar soluciones”, explican Kirschner y Brinkman. Ante cualquier actitud de esta naturaleza, procura que el resto de tu equipo sea práctico, veloz y enfocado en soluciones; en cuanto a quien tiene una actitud quejosa, compartan con su ejemplo cómo ser concretos. La clave es ganar cooperación grupal.
- Oposicionismo
¿Te ha tocado enfrentar a personas que, aún siendo amables y con buenas formas, tienden a desestimar tus propuestas de manera constante? Para Kirschner y Brinkman, “hay que pasar de la búsqueda de problemas a su resolución; del estancamiento a la innovación y del declive a la mejora. Puede que no detengas el flujo de negatividad por completo, pero tal vez logres que la marea vuelva a su curso correcto”. Tratar con oposiciones te permitirá fortalecer tu carácter, desarrollar tu paciencia y aprender a no tomarte las cosas de manera personal. Aprende a detectar lo que, dentro de la negatividad, puede estar previniendo el fracaso o futuros retrasos, y aprovéchalo.
Todo lo anterior te puede mostrar que en realidad todo conflicto laboral se resuelve con comunicación e inteligencia. Ser más listas y listos que las actitudes conflictivas allana el camino y evita desajustes en las relaciones. No consideres renunciar o cambiar de área o rol como primera opción: ¡tú eres mucho más inteligente que cualquier rasgo de una o más personalidades, y confrontarlo con tu inteligencia hará la diferencia, te permitirá ejercitar tu empatía e inteligencia emocional y social, y consolidará, además, tu perfil profesional!
FUENTES
1. 5 Ways to Deal with Strong Personalities - CASE
2. Estrategias para la resolución de problemas en el trabajo - Asana
3. Como tratar (con éxito) con personas difíciles - La Vanguardia
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