Enfrentar un despido genera afectaciones emocionales, profesionales y económicas, principalmente; y como toda pérdida, esta también conlleva un duelo. Descubre cómo afrontarlo para recuperarte y volver a la carrera.
Parecía un lunes como cualquier otro cuando Michel salió rumbo a su oficina. Paró en su cafetería predilecta para comprar su habitual latte, llegó a su escritorio para iniciar el día y entonces recibió una llamada desde la oficina de Capital Humano. Sintió un hueco en el estómago, pero se levantó, se acomodó la ropa y recibió la noticia: “Por una reestructuración en el área, tendremos que invitarte a seguir tus propios proyectos”. El cielo se puso gris y tuvo que regresar a casa para dar la noticia a su familia. Un lunes cualquiera acabó en horas amargas.
Al igual que Michel, en 2020, 2.4 millones de personas dejaron de formar parte de la población ocupada de nuestro país, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Enfrentarse a la pérdida del trabajo es, sin duda, una experiencia difícil de asimilar, ya que desde jóvenes acostumbramos a medir nuestro valor por los logros profesionales y económicos.
¿Cómo es prudente asumir la noticia de que hemos perdido nuestro empleo? ¿Cómo lograr reconstruir nuestra normalidad sin el trabajo que hemos realizado durante un tiempo? Como toda crisis, la noticia de que has perdido tu trabajo detonará una serie de momentos en ti y tus emociones evolucionarán en un proceso. Quizá convenga acompañarte en una guía etapa por etapa.
Primero lo inmediato. En momentos así de críticos, es común que tomemos decisiones impulsivas. Si recibes esta noticia, evita actuar de inmediato y sigue estos tres pasos para mantener la calma:
Respira. Realiza cinco respiraciones profundas. Contén el aire durante cinco segundos y libéralo poco a poco. El mensaje que mandas a tu cuerpo cuando respiras lentamente es de calma y control de la situación.
Tararea. Aunque pueda parecer extraño, tararear tu canción favorita o alguna melodía estimula el nervio vago (funciones motoras y sensitivas) y disminuye el ritmo con el que palpita el corazón. Esto te evitará posibles episodios de ansiedad.
Concéntrate. Después de respirar, enfócate en un solo pensamiento positivo, cualquiera que este sea. Imagina o recuerda el lugar del mundo que más feliz te ha hecho. Dejar ir las ideas que llegan a tu mente reduce el estrés y mantiene tu enfoque en el aquí y el ahora.
Es un hecho que cada quien vive este proceso de duelo a su manera. Mitchel Pritchett, personaje de la serie Modern Family, al ser despedido, decidió no contárselo a nadie y pasaba el tiempo de su jornada laboral en un parque. Esta quizá no es la mejor decisión, pues elude la toma de decisiones hacia el futuro, pero ya decíamos que en una crisis las emociones nos sobrepasan. Si estás pasando por esta situación, recuerda que no tienes que enfrentarla en soledad, y que no todo es tu responsabilidad. Hay diversos factores que intervienen en este proceso, y que debes tener en consideración. Sobre esto leerás a continuación.
En momentos de crisis, las decisiones impulsivas se apoderan de nosotros. Evita que esto te suceda
Sin duda, el trabajo remunerado ayuda a definir nuestra identidad personal, social, de integración y estructuración, además de corresponder a las expectativas adquiridas por el entorno social. Así destaca su importancia el estudio Efectos individuales del despido y la resiliencia como facilitador en la búsqueda de empleo, realizado por Santiago Andrés López, de la Universidad de Santiago de Chile.
Como una reacción natural ante la pérdida del empleo, el estudio también destaca los siguientes efectos:
Síntomas de estrés.
Sentimiento de inseguridad y fracaso.
Pérdida de autoestima.
Deterioro de las relaciones familiares y sociales.
Pero perder un empleo no debe ser comparado con un fracaso. Sobre todo porque, en el último año, hemos sido testigos de una poderosa razón que ha pesado y movido las aguas en este sentido: el COVID-19. La pandemia desapareció un millón de empresas y afectó los ingresos, en mayor o menor medida, del 79.2% de las compañías en México, según datos de la segunda edición del ECOVID-IE y del Estudio Sobre la Demografía de los Negocios 2020, ambos del INEGI.
Es un hecho que no todo, pues, será tu responsabilidad.
Entender los motivos que ocasionaron tu despido te permitirá avanzar hacia la recuperación de tu autoestima y seguridad, y también detectar áreas de oportunidad para crecer en tu próximo proyecto. Analiza objetivamente la situación, enlista los motivos reales que pudieron ocasionarla, reflexiona sobre el contexto en el que te encontrabas y evita caer en los pensamientos negativos que tienden a victimizarte, como “soy inútil” o “no sirvo para nada”, o en los condescendientes pero superficiales, como “no merezco esto”, “¿por qué a mí?”. La razón es simple: no son productivos para ti.
Ahora discrimina los motivos que no dependen de ti y concéntrate en los que se relacionan con tu desempeño laboral. Esto te permitirá tomar cartas en el asunto para cambiar hábitos o conductas negativas, con miras a conseguir un nuevo trabajo en el que puedas explotar todo tu potencial y desarrollarte plenamente. Todo cambio así incluye un aprendizaje.
El trabajo remunerado ayuda a definir nuestra identidad personal, social, de integración y estructuración
Toma en cuenta los siguientes tips para procesar el luto por tu despido, sin afectar tu entorno y para poder seguir adelante:
Abraza el duelo
Este proceso no está reservado para los fallecimientos: aplica para todo tipo de pérdidas. Al final, tu trabajo le daba sentido a algunas cosas en tu vida y era parte de tu día a día. En caso de un despido, no pierdes solo el empleo, sino tu rutina, amistades, contactos y estabilidad económica. El proceso de duelo tiene cinco fases: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Pasar por estas etapas es completamente normal y debes permitirte vivirlas, incluso recurriendo a ayuda profesional de un terapeuta si sientes que la pérdida te rebasa (no, no es tonto o exagerado: es parte de tu proceso).
Analiza tus finanzas personales
Para elegir el camino a seguir, toma en cuenta las necesidades que debes cubrir. En caso de tener finiquito, considera invertir un porcentaje para generar algunos ingresos pasivos, por ejemplo; también es un recurso para soportar tus gastos (colchón, como decimos coloquialmente) mientras procesas tu situación. Sé racional (se trata de dinero, no solo de emociones), y elige acorde a tus circunstancias.
Ante una acción, una reacción
Toma decisiones positivas a corto plazo, las que puedas costear física, económica y emocionalmente. Ya sea tomar un descanso, replantear tu plan de carrera o reincorporarte de inmediato, la determinación correcta es la que a ti te satisfaga.
Tal vez de momento no lo veas, y está bien. Guarda esta parte del artículo para dentro de un tiempo: las crisis son una oportunidad para conocerte y reinventarte. Una actitud positiva respecto a esta etapa será punta de lanza para adaptarte a las circunstancias. El proceso puede ser lento; evita desesperarte. Una forma de lograrlo es a partir de objetivos claros, realistas y bien establecidos. Mientras exista planeación en tus proyectos y decisiones, tendrás mayor certeza respecto a cómo y cuándo alcanzar los resultados que esperas.
Considera que son tiempos de incertidumbre o recuperación económica, y tal vez conseguir un nuevo trabajo no será una labor sencilla. Requerirá de algo de suerte y otros factores que no estarán en tus manos. De cualquier modo, enfócate en encontrar un empleo que satisfaga todas tus necesidades. Evita distraerte o caer en ofertas fraudulentas o que solo resuelven tu necesidad económica momentáneamente. Considera este proceso como una oportunidad de abrir camino hacia tus mejores planes, hacia una mejor etapa de tu vida. No olvides que la Bolsa de Trabajo de EXATEC está disponible para ti siempre con buenas opciones (solo necesitas tu cuenta EXATEC para ingresar a mitec y utilizarla).
La palabra fracaso asusta, duele e intimida. Sácala de tu vocabulario, la verdad es que no la necesitas. Elige, mejor, llamar a esto una nueva oportunidad (y ya hemos hablado antes de cómo aprovecharlas). Cambiar los términos no modificará tu situación, no te conseguirá un nuevo proyecto laboral, pero sí ayudará a que te sientas más fuerte y con claridad en el proceso de encontrarlo. El resto será producto de tu buen perfil, tu búsqueda atinada y un poco de buena estrella. ¡Te deseamos toda la del mundo, adelante, la vida no se acaba aquí!
1.- Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (2020) - INEGI