Habituarnos a pequeñas acciones enfocadas en el consumo responsable para reducir los efectos del cambio climático es parte de adquirir un estilo de vida sustentable. Sin embargo, bienestar y sustentabilidad no tienen por qué estar peleados. ¿Imaginas lo gratificante que sería mejorar tu vida mientras trabajas por un futuro para ti y las demás personas?
La velocidad en que vivimos puede evitarnos disfrutar las cosas de la vida que nos dan bienestar: el viento en el rostro, contemplar un paisaje al atardecer, un clavado en el mar, mirar un valle desde la cima de una montaña.
La naturaleza, con toda su maravillosa diversidad, es de los mayores privilegios que gozamos los habitantes de este planeta. Sin embargo, nada de lo que en ella nos produce placer podría seguir siendo accesible si no tomamos consciencia ahora sobre los problemas de la Tierra.
Porque aunque hemos dado pasos en el cumplimiento de acuerdos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estamos lejos aún de alcanzar algunos relacionados con el cambio climático y el consumo sustentable, por ejemplo, con nuestras emisiones de CO2 provenientes de combustible fósil alcanzando niveles récord en 2019.
¿Cómo lograr disfrutar de nuestras vidas con bienestar y plenitud sin descuidar nuestra responsabilidad hacia el medioambiente?
La naturaleza, con toda su maravillosa diversidad, es de los mayores privilegios que gozamos los habitantes de este planeta
¿Cómo generar una rutina de bienestar con consumo sustentable?
Digámoslo como es: si los líderes mundiales no encuentran la manera de contrarrestar los efectos del cambio climático y limitar el aumento del calentamiento global anual a 1.5 ºC, las consecuencias serán catastróficas. No podemos mostrar indiferencia ante esta situación. Aunque nuestra vida diaria esté vinculada con la búsqueda de bienestar y plenitud personal, debemos aprender a ver el cuidado del planeta con esa misma prioridad, como forma de vida.
Eso sí: dar el primer paso no siempre es fácil, así que aquí queremos ayudarte con algunas sugerencias para iniciar tu transformación hacia una vida de bienestar sustentable:
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Combate el fast fashion
Seguro te gusta estrenar, pero gastar continuamente en ropa que no dura más de un par de años en tu clóset no conviene a tu salud financiera ni a tu tranquilidad. El fast fashion refiere a la producción de ropa a gran volumen por una falsa necesidad de innovación y tendencia. Greenpeace descubrió que las personas utilizamos una prenda entre siete y diez veces ¡y luego la desechamos!. Por si fuera poco, la industria de la moda es una de las más contaminantes: solo su producción representa el 10% de la emisiones de CO2 a nivel global. Asume un consumo sustentable que te dé bienestar: compra menos ropa y de mejor calidad, extiende la vida de tus prendas mediante reparaciones o dales una segunda vida (vende y compra en bazares).
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Modera tu consumo de carnes rojas
El exceso de este alimento hace mal a tu salud y al planeta: además de que las carnes rojas están vinculadas al aumento de los niveles de colesterol y ácido úrico en sangre (y quizá con algunas formas de cáncer), la ganadería industrial contribuye con el mismo nivel de emisiones de gases de efecto invernadero que todo el transporte mundial. Para sacarle la vuelta a esto, recurre regularmente a opciones de alimentación vegetariana o vegana, y eleva poco a poco tu consumo de granos como el arroz y la avena, o legumbres como frijoles y lentejas. Esto contribuirá al planeta y también a tu salud, sin importar tu edad.
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Evita desperdicios al hacer el súper
La presencia de microplásticos en agua y aire es un problema de salud ambiental creciente. Y no es para menos, dado que la mayoría de los productos que compras en tiendas de autoservicio son empaquetados con plástico o cartón plastificado (tetrapack): casi el 40% de la demanda de plástico en el mundo se utiliza para producir envases de un solo uso. Hacer la despensa en mercados y tiendas locales y llevar tus propios contenedores es una excelente alternativa para no contribuir a la generación de desperdicios y disminuir la presencia del plástico en el ambiente. También puedes optar por tiendas de venta a granel.
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Toma duchas cortas, pero disfrútalas
Disfrutar de un buen baño es placentero y tranquilizante, pero durante una ducha se pueden consumir entre 80 y 120 litros de agua, lo que representa el 30% del consumo en los hogares. Limita tus duchas a cinco minutos como máximo, pero extiende el disfrute a otros elementos que no sean el agua: utiliza un jabón biodegradable de aroma placentero, pon algún par de canciones que te gusten, exfolia tu piel con un masaje veloz de esponja natural. Solo recuerda: ¡cada dos minutos que ahorres bajo la ducha significarán 30 litros de agua menos!
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Separa tus residuos y cuida tus plantas con composta
¿A quién no le gustan las plantas en casa? Aunque algunas personas tengan mejor suerte cuidándolas, nada mejor para acompañarnos con plantas saludables que abonarlas con composta orgánica, hecha con los propios residuos del hogar (cáscaras de huevos, frutas y verduras, hojas secas, etc.). Esta acción que mejorará tus plantas (y por ende tu bienestar en el hogar) solo es posible si primero separas la basura orgánica e inorgánica, lo que además facilita el reciclaje de la segunda en plantas y tiraderos.
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Utiliza champú, jabón y desodorantes ecológicos
Cuidar tu piel también es parte de tu bienestar, pero los procesos industriales de las compañías de productos de cuidado personal son agresivos con la naturaleza, no solo en sus pruebas, sino por su tratamiento de químicos. Consumir champú orgánico en barra, así como jabones y desodorantes ecológicos, es un paso que ayudará al cuidado de tu piel además de disminuir tu generación de residuos y apoyar el emprendimiento local.
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Únete o crea organizaciones y campañas proambientales
Finalmente, actuar de manera directa es una de las mejores opciones para generar cambios sustanciales en la mejora medioambiental. Al mismo tiempo, la participación en estas acciones mejorará tu salud emocional mediante la vinculación con otras y otros por un fin común. Comienza participando u organizando campañas de limpieza en espacios de tu comunidad o de conscientización sobre las causas y consecuencias del calentamiento global. Comparte contenidos de fuentes confiables; sigue y difunde el mensaje de líderes en la materia. Si no tienes el tiempo necesario, únete a alguna organización ya establecida, como Pronatura, en donde puedes apoyar con voluntariado o donativos.
Debemos aprender a ver el cuidado del planeta como prioridad, como forma de vida
Ser ciudadanas y ciudadanos del mundo
Según información de Expansión, tan solo veinte empresas generan el 35% de las emisiones energéticas de dióxido de carbono y metano del mundo. Dentro de esta lista, se encuentran las petroleras Pemex (México) y Petrobras (Brasil). Es una realidad: son los más poderosos los que más contribuyen a la contaminación del planeta y el cambio climático.
Pero aunque los Gobiernos del mundo deben hacer su parte con políticas y leyes en favor del planeta, esto no exime que ciudadanos y ciudadanas comunes nos involucremos y hagamos nuestra propia labor. Como ya viste, acciones que producen bienestar pueden tener un enfoque sustentable. Inicia en casa, con un cambio de mentalidad. Es labor de todas y todos.
FUENTES
1. El cambio climático y sus efectos se aceleran - Organización Meteorológica Mundial
2. Los retos climáticos de 2022 - Blog de Sostenibilidad Ambiental
3. 15 cambios para vivir de una manera más ecológica - EL PAÍS
4. Top 10: organizaciones medioambientales de México - ecoosfera
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