Al hablar de economía es probable que lo primero que se nos venga a la mente sea el dinero. Sin embargo, existe otra perspectiva en la que lo prioritario no es la productividad ni las ganancias, sino el bienestar de las personas.
Las ganancias monetarias y el crecimiento de la riqueza suelen ser las maneras más comunes de medir el éxito económico, pero no las únicas. La calidad de vida de la sociedad, la igualdad de oportunidades y la cohesión social, entre otros, son indicadores igual de relevantes. Ellos, junto con un enfoque en el que las personas y el bien común están en el centro del escenario económico, conforman la base de la economía social, una forma de organización en la que la cooperación vale más que la competencia y en donde la meta es crear un impacto social positivo.
Dicho lo anterior, revisemos cuáles son los fundamentos de esta perspectiva, de qué manera se ve reflejada en la práctica y cómo la comunidad del Tecnológico de Monterrey se involucra en la misma dirección a través de donaciones a diversas causas.
Fundamentos de la economía social
También conocida como ‘economía solidaria’, la economía social es el conjunto de actividades, tanto económicas como sociales, que buscan contribuir al progreso comunitario a partir de tres principios primordiales: equidad, solidaridad y cooperación.
A diferencia de la economía tradicional, en donde el mayor interés es el lucro por sí mismo, la economía social mide la rentabilidad en términos del bienestar de las personas y del medio ambiente; es decir, su motor de acción es la responsabilidad socioambiental y, por lo tanto, tiene el propósito de mejorar la calidad de vida de la sociedad en sus diferentes ámbitos.
A partir de esta priorización de las personas sobre el capital, la economía social, como modelo de desarrollo, involucra una gestión democrática, colaborativa y, sobre todo, autónoma (es decir, sin intervenciones de terceras personas o entidades, sin importar si son públicas o privadas). Bajo esta óptica, las y los integrantes de una colectividad no son solo los encargados de realizar el trabajo; de igual forma, son quienes reciben íntegros los beneficios de dicha actividad laboral.
Así, el compromiso y esfuerzo giran en torno al crecimiento local o comunitario, la igualdad de oportunidades, la consideración de las personas marginadas, desfavorecidas o en riesgo de exclusión social y la sostenibilidad.
"La economía social es una forma de organización en la que la cooperación vale más que la competencia y en donde la meta es crear un impacto social positivo”
La economía social en la práctica
Como práctica, este tipo de economía puede verse reflejada en distintos tipos de asociaciones colectivas. Sociedades cooperativas, empresas sociales, fundaciones u organizaciones sin fines de lucro, son ejemplos de entidades cuyos mecanismos de operación están sustentados en estos principios de solidaridad económica. No obstante, sin importar la estructura o formato que tomen, la unidad mínima que les permite funcionar es la participación democrática y activa de cada persona, enfocada hacia la consecución de un impacto social positivo y sostenible.
Por otra parte, la economía social está estrechamente relacionada con la responsabilidad social corporativa, que es la atención que las empresas e industrias brindan a la mejora socioambiental mediante acciones que reducen su efecto negativo en los derechos sociales, laborales, medioambientales y humanos, en general.
En ese sentido, empresas mexicanas como Bimbo, por ejemplo, representan casos en los que las prácticas de economía social, de la mano de la responsabilidad social corporativa, han contribuido a mejorar las condiciones socioambientales de las comunidades en las que participan. A partir de un programa de tres ejes, esta empresa ha impulsado iniciativas que toman en cuenta las necesidades de salud de sus consumidores, de su personal y del medio ambiente, y ese esfuerzo le ha redituado para mantenerse como una de las empresas más responsables del país.
Otro buen ejemplo de economía social exitosa son las sociedades cooperativas. En México, de acuerdo con datos de la Comisión de Economía Social y Fomento del Cooperativismo, existen 8 millones de socios cooperativistas, agrupados en más de 18,000 cooperativas.
Algunas de ellas, representadas por la Confederación de Cooperativas de Ahorro y Préstamo de México (CONCAMEX), operan el Programa de Pequeñas Donaciones, impulsado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que tiene como objetivo materializar proyectos de participación comunitaria para atender los problemas de pobreza, y desigualdad social y ambiental en la región sureste del país.
Por si fuera poco, de acuerdo con las cifras más recientes de la CONCAMEX, las sociedades cooperativas generan más de 20 mil empleos directos, y otros 20 mil indirectos, fuentes de autoempleo y un impacto positivo para más de 40 millones de mexicanos, en particular en los sectores de agricultura, pesca y ganadería.
Es así como, más allá de la forma en la que se lleve a la práctica, cualquier esfuerzo de economía social fomenta el desarrollo de relaciones de solidaridad, espíritu comunitario y transparencia, siempre a favor del bienestar social, económico y ambiental de las familias y regiones en los que se implementa.
“A diferencia de la economía tradicional, en donde el mayor interés es el lucro en sí mismo, la economía social mide la rentabilidad en términos del bienestar de las personas y del medio ambiente”.
Iniciativas de economía social del Tecnológico de Monterrey
Como parte del espíritu transformador y de florecimiento humano que lo caracterizan, el Tecnológico de Monterrey apoya distintas causas sociales y educativas cuyo propósito es molconatruirdear un mundo más próspero. Estos proyectos conforman los ejes filantrópicos de la Institución y, además de ser vías para extender el círculo virtuoso de la economía social, son plataformas a través de las cuales se impulsa la investigación, la innovación y el emprendimiento, para que las y los mejores talentos del país tengan acceso a las oportunidades que necesitan en pos de potenciar su camino como agentes de cambio.
Desde becas educativas hasta proyectos comunitarios, las iniciativas de generosidad del Tecnológico de Monterrey reúnen los valores fundamentales de la economía social y los ponen al alcance de la comunidad para que sigamos transformando vidas.
Y tú, ¿ya sabes cuál es la causa a la que quieres sumarte? Haz un donativo y sé parte del cambio, tu contribución es clave para construir, entre todos, el futuro sostenible que México necesita.
Fuentes
Proponen el 15 de octubre como día nacional del cooperativismo - Sebastián Estrada
Iniciativas de Generosidad - Tecnológico de Monterrey
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