El Tec siempre ha sido una organización que ha brindado educación flexible de alta calidad, con un verdadero impacto fuera de las aulas. Realmente me permitió desarrollar una ideología de profesionalismo, algo que he puesto en práctica desde que egresé del Tec.

Estoy segurísima que como eres en la cancha, eres en la vida; más allá de tu desempeño atlético, es cómo eres en dedicación, en determinación, en enfoque, en corazón, en perseverancia y en resiliencia, todo se traduce para mí en el día a día. Fue algo que me enseñó el Tec de Monterrey así como me enseñó valores y herramientas para afrontar las diferentes situaciones de la vida.

El Tec me brindó las bases sólidas, los fundamentos básicos de poder seguir aprendiendo, o sea, en mi carrera economía, la base sólida: financiera, matemáticas, donde es esencial para entender cómo funciona un modelo financiero. Luego al paso del tiempo, poder tener la capacidad de absorber de manera propia, pues nuevo aprendizaje y nueva experiencia. Entonces yo les diría que la herramienta más importante que te da el Tec es esta apertura a la curiosidad y el aprendizaje constante.

Lo que más me aportó el Tec fueron herramientas súper útiles para hacer lo que yo quería hacer, que era trabajar para temas de conservación ambiental y de desarrollo sustentable. Yo siempre creí que lo iba a hacer desde una perspectiva de ingeniería, una perspectiva de ONG, pero creo que fue el Tec quien me enseñó un poco que a través de un modelo de negocios se puede también generar un cambio social positivo en el mundo.

Contamos con un Banco de Alimentos (que es mi bebé) donde entregamos 63,000 despensas mensuales a 31 mil familias de escasos recursos. Nos acabamos de cambiar a una nueva sede. Donde tendremos capacidad para producir muchas más que poco a poco iremos complementando a un banco de ropa y enseres domésticos y un banco de medicamentos. Posteriormente queremos crear un Centro de Especialidades Médicas.

Tuve la fortuna de estudiar en el Tec, porque abrí los ojos al mundo y me involucré en grupos estudiantiles, donde conocí gente de otros países que luchaban por distintas causas. Creo que los seres humanos nacemos con la capacidad de compartir, pero en algún momento es como un switch que apagamos y que siempre se puede activar. Mi sueño es tener la alegría de haber servido al mundo, haber dado ejemplo a mis hijos de que este mundo es mejor con ellos y fomentar en ellos a contribuir a que el mundo sea mejor para los demás.

Soy, efectivamente, un ingeniero físico en todas sus letras, porque me he dedicado a la ingeniería orientada al desarrollo de tecnología. Las enseñanzas que adquirí en el Tecnológico de Monterrey van mucho en esa dirección. Esta idea más internacionalista que le da el Tec a sus estudiantes, esta apertura que creo yo que se adquiere con los programas de estudio y creo que fue muy útil.

La herramienta más importante fue aprender a aprender sabiendo que la innovación es un proceso cíclico el cual busca proponer soluciones para impactar a la sociedad. Es decir, aplicando metodologías de investigación, el método científico y técnicas etnográficas para empatizar con los usuarios que experimentan una problemática y a través de la colaboración con expertos multidisciplinarios puedes resolver cualquier reto con propuestas “fuera de la caja”

El TEC me regaló la oportunidad de enamorarme del estudio. Siempre me ha gustado estudiar, pero en el TEC encontré como el pretexto para hacerlo y yo creo que otra cosa bien importante que me regaló el TEC fue aprender que una herramienta es mirar desde perspectivas diferentes. Me dió la seguridad de poder saber que yo podía reconstruir la empresa más complicada, que es la reconstrucción de la empresa personal y salir al mundo a ayudar a otras personas a construir y a reconstruir.

Yo siento que el Tec nos inculca como ese chip emprendedor, buscando estas oportunidades para mejorar la calidad de vida tanto del emprendedor como de las personas que van a utilizar esta innovación.