Tus conocimientos y años de experiencia laboral te otorgan un potencial que puede ser aprovechado por diversas organizaciones interesadas en establecer una alianza estratégica. Si no has considerado trabajar en este esquema, con este artículo podrías cambiar de opinión.
En el contexto empresarial, una alianza estratégica se refiere a un acuerdo entre empresas, negocios o personas que participan en el mismo mercado y comparten recursos, como el conocimiento y la experiencia laboral, con el fin de alcanzar objetivos administrativos, operativos y comerciales.
Los aliados comparten responsabilidades, riesgos y recursos sin que esto implique, por fuerza, que cada uno sea propietario parcial de la empresa; simplemente se enfocan en sumar esfuerzos para cumplir con determinados proyectos o metas.
Incursionar en este modelo de trabajo trae beneficios económicos y la posibilidad de diversificación para los aliados, aprovechando los recursos de cada parte involucrada. Estos beneficios se enfocarán principalmente en los siguientes factores:
El intercambio de conocimiento está entre los principales beneficios de formar una sociedad o alianza estratégica. Al compartir puntos de vista, soluciones fuera de la caja y experiencia laboral se abrirá el panorama para todos. Por otro lado, la retroalimentación es fundamental para alcanzar los objetivos y mejorar la toma de decisiones.
Los involucrados compartirán una red de contactos profesionales en favor del crecimiento y la generación de soluciones. Esto incluye los contactos profesionales, operativos o de proveeduría entre una o varias industrias.
Aplica en alianzas estratégicas que aportan recursos económicos o capital de trabajo. Se refiere a inyecciones de capital en la generación de nuevos emprendimientos, como los joint venture de los que hablaremos más adelante.
Su objetivo es compartir una red de proveedores para complementar tus servicios. Algunos de sus beneficios son créditos, productos primicia, soluciones logísticas, acompañamiento, entre otros aspectos que contribuirán a mejores estrategias.
Estos beneficios ayudarán a los aliados a ampliar mercados; enriquecer propuestas de valor; generar ventajas competitivas; hacer más eficientes sus operaciones, su administración, su cadena productiva; así como a establecer planes estratégicos más ambiciosos; entre muchas otras posibilidades.
Los aliados comparten responsabilidades, riesgos y recursos, sin que esto implique, por fuerza, que cada uno sea propietario parcial de la empresa.
Cada empresa tiene sus propias necesidades y recursos por los cuales consideran que sería conveniente formar una alianza estratégica. Estas son cinco alternativas en las que puedes sumar tu potencial a grandes organizaciones:
La especialización es una de las cualidades más valoradas en una alianza estratégica. En la mayoría de las empresas e instituciones se solicita este servicio por necesidades financieras, administrativas, legales, fiscales y contables. Este tipo de alianza tiene como prioridad impulsar el crecimiento, además de prevenir y mitigar los riesgos.
La principal diferencia entre asesoría y consultoría es que esta última se enfoca en solucionar problemas específicos. Un consultor comienza su trabajo observando y recopilando datos para hacer un análisis profundo del conflicto y luego buscar posibles soluciones basadas en estrategias y llamados a la acción para las diferentes áreas o participantes. Si te interesa explorar esta opción, haz clic aquí y revisa el artículo que te habíamos compartido previamente.
Una alianza de esta índole implica trabajar entre servicios o productos complementarios, sin necesidad de entrar en la nómina de una empresa o invertir en la compra de activos. Un excelente ejemplo es el sector e-commerce, en donde participan diversas empresas a lo largo de la cadena de suministro: proveedores, productores o fabricantes, gestor de pagos, logística, envíos, entre otros. Suma tu talento en alguno de estos eslabones.
Este formato implica la creación de una sociedad entre dos empresas independientes para formalizar un nuevo proyecto a corto, mediano o largo plazo. La independencia o los proyectos particulares de las dos entidades participantes no se verán afectados. La meta principal es la sinergia en aspectos técnicos, administrativos, comerciales y financieros de dos o más instituciones para alcanzar nuevos objetivos en común.
Se refiere a colaboraciones de marketing realizadas entre dos o más empresas para impulsar su posicionamiento o rentabilidad. Por ejemplo, si te dedicas al negocio de la ferretería y te asocias con marcas de productos en el sector, será un acuerdo fructífero para ambas partes sin la necesidad de invertir. Existen diferentes tipos de co-branding, como el de apoyo –una marca prevalece sobre la otra– o el complementario –innovación y generación de soluciones–, por mencionar algunos.
Para establecer una buena alianza estratégica, te recomendamos atender las siguientes pautas:
En este tipo de acuerdos, es prioridad conocer los objetivos y planes de cada parte involucrada, y que cada una de estas partes se pregunte qué espera de la alianza estratégica. Posteriormente, se deben identificar los puntos de encuentro, estrategias, metas, recursos y expectativas en común. Una alianza entre empresas con filosofías, valores y objetivos dispares primero traerá más inconvenientes que beneficios.
Antes de cualquier otra cosa hay que establecer normas, y firmar acuerdos claros y específicos. Los participantes deben conocer hasta el más mínimo detalle de la situación actual de los involucrados: actividad, proyectos, procesos y toda aquella información relevante para hacer valer la alianza estratégica.
Previo a involucrarse en proyectos ambiciosos o que puedan poner en riesgo los recursos de los aliados, vale la pena probar con proyectos menores. Así, será posible saber si la forma de trabajo empata, fluye y genera resultados positivos. Es importante pensar en este acuerdo como en un matrimonio: antes de firmar el acta, ¿qué necesitan saber para estar convencidos?
Esta es la base de cualquier acuerdo: no prometer nada que esté fuera del alcance y ser puntuales en el planteamiento de metas y estrategias. De nada sirve hacer grandes proyecciones o aparentar algo que no se es o que está fuera de las posibilidades.
En el mundo empresarial, la unión hace la fuerza. Participar en alianzas estratégicas es el camino para conseguir mayor proyección, crecimiento y un desarrollo fortalecido. La aportación externa abre el panorama a nuevas soluciones, procesos y posibilidades para todos los involucrados. Identifica si tú o tu empresa están listos para aportar su talento y recursos o buscar socios para recibir ese impulso que los guiará hacia nuevas oportunidades.
1. Cuatro modelos principales de alianzas estratégicas para 2022 - Grupo Consultor Efe
2. Socios estratégicos, la tendencia en el crecimiento empresarial - ACIS
3. Consejos para conseguir alianzas estratégicas - Vilma Núñez