Emigrar nunca es fácil. Dejar atrás nuestro entorno para enfrentar las exigencias de un nuevo reto laboral puede ser abrumador, pero toma en cuenta que esto es algo pasajero, y que estos retos pueden ser clave para descubrir otra versión de ti.
El término choque cultural fue propuesto por el antropólogo canadiense Kalervo Oberg para definir el impacto que experimentamos al estar en un entorno cultural distinto al de nuestro lugar de origen. Cuanto mayor es la diferencia entre la cultura madre y la extranjera, mayor es el choque cultural. Muestra de ello, por ejemplo, sería la notoria diferencia entre mudarse de México a Colombia y de México a Japón.
Además, factores individuales, como la personalidad, influyen en nuestra manera de afrontar estos cambios. Por eso es tan frecuente que el choque cultural genere sensaciones de soledad, incomprensión o miedo, mismas que, a su vez, provocan conflictos internos que complican aún más la fase de adaptación.
Cuando el choque cultural se debe a cuestiones laborales, parecería que la exigencia es doble, pues, además de encarar nuevas condiciones, hay que atender las responsabilidades profesionales en un nuevo contexto. Esta fase de tu vida, sin embargo, no tiene que ser un martirio. Estar consciente de los retos que enfrentarás te ayudará en el proceso de adaptarte. Para ello, es útil saber que, de acuerdo con el modelo planteado por Oberg, el choque cultural involucra cuatro etapas:
Se presenta, por lo general, cuando el cambio de ciudad o país es deseado. Las diferencias entre la cultura originaria y la nueva se idealizan y todo parece positivo en el nuevo entorno.
Tras la idealización, las condiciones del nuevo lugar empiezan a ser percibidas como barreras y detona el deseo de regresar a casa.
Pasado un tiempo, la sensación de extrañeza empieza a equilibrarse y se genera una rutina propia.
Se consolida la aceptación de una vida nueva y se aprende a reconocer y valorar las diferencias culturales.
Cuanto mayor es la diferencia entre la cultura madre y la extranjera, mayor es el choque cultural.
El proceso detrás de un choque cultural no ocurre de manera lineal, por lo que pasarás de una etapa a otra en cualquier momento según tus habilidades, necesidades y deseos. No obstante, conviene que siempre tengas presente que el cambio te puede ofrecer grandes beneficios, y que la experiencia, aunque sea compleja, puede enriquecer tu vida.
La mejor preparación para tu viaje es informarte sobre tu lugar de destino, así que te recomendamos lo siguiente:
Si aún no sabes dónde vas a vivir, explora las zonas de la ciudad y busca opciones accesibles. Si ya tienes definida una vivienda, identifica la distancia hacia tu lugar de trabajo y empieza a ubicar puntos de referencia.
Investiga si te hace falta tramitar algún documento (una visa o un permiso, por ejemplo) y hazlo lo antes posible.
Analiza los costos de vida y empieza a considerar un presupuesto.
Antes de que te mudes, entabla comunicación con las personas con las que vas a trabajar y compárteles tus inquietudes.
Si se habla otro idioma en tu ciudad de destino, procura aprender sus elementos clave. No se trata de que lo domines, sino de que sientas confianza para comenzar a integrarte.
Haz tu investigación previa sin preocuparte de más. Identifica las posibles ventajas de ir a esa nueva ciudad y enfócate en ellas.
Mantén la mente abierta para recibir las diferencias culturales con tolerancia.
Habla con personas que hayan vivido experiencias similares o busca en páginas o foros de internet. Eso sí: recuerda que tu experiencia no tiene que ser igual a la de los demás.
Tenlo en mente y prepárate para ello, es parte natural del proceso ¿Y qué ocurrirá una vez que llegues a tu destino? Estas prácticas te podrán ser muy útiles:
Apenas llegues, identifica las dinámicas que se presentan a tu alrededor. Acércate a tus compañeros y distingue aquellos con los que sientas más afinidad.
Conversa con personas extranjeras que trabajen en el mismo lugar y desarrolla confianza con ellas.
Aprender más sobre las costumbres y maneras locales puede facilitar tu adaptación.
Extrañar es normal y no tienes por qué sufrir demás la nostalgia. Mantente en contacto con tus seres queridos y exprésales tus emociones.
Estás en un ambiente nuevo y en condiciones que no conoces del todo, así que no dudes en buscar apoyo cuando lo necesites.
Estar consciente de los retos que enfrentarás favorece tu capacidad para adaptarte.
La transición a un nuevo lugar por motivos laborales es una oportunidad inigualable para tu crecimiento. Vive tu proceso con calma y verás que muy pronto estarás disfrutando de una etapa vital para tu desarrollo.
Como parte de la comunidad EXATEC, además, estás a un clic de conocer personas valiosas que comparten tus intereses. No importa si vives en México, Australia o Singapur, acércate a las distintas asociaciones y clubes EXATEC, y amplía tu red de contactos para que, lejos de experimentar un choque, lo que vivas sea una auténtica fiesta de transformación cultural.
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