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Salud por todos: la respuesta filantrópica contra el COVID-19

Escrito por Relaciones con Egresados | 27/11/2020
La historia de la humanidad nos ha enseñado que el trabajo colectivo y comunitario, así como la ayuda solidaria entre expertos y naciones, siempre nos ha brindado la oportunidad de salir de las crisis. Hoy, como nunca antes, las redes más importantes son las humanas.

 

El 2020 ha cambiado nuestros paradigmas para siempre. Enfrentar la pandemia nos ha demostrado que somos vulnerables en lo individual, pero resistentes como sociedades organizadas. Actualmente el concepto de vivir en un mundo global nos muestra su importancia y trascendencia.

En México, país reconocido por su solidaridad, la filantropía ocupa un lugar importante en la vida social. En septiembre de 2017, tras el devastador sismo sufrido en varios estados, por ejemplo, el 80% de los mexicanos aseguró haber participado en alguna acción voluntaria organizada, de acuerdo con el libro Generosidad en México II: fuentes, cauces y destinos. Según las estadísticas más actuales del INEGI (de 2018), las actividades de las organizaciones sin fines de lucro mexicanas representan 3% del PIB, equivalente a poco más de 657 000 millones de pesos (en Estados Unidos, el monto comparable asciende a 427.71 mil millones de dólares).

Con ese antecedente, y ante la reciente emergencia impuesta por el COVID-19, muchas organizaciones, incluido el Tecnológico de Monterrey, han extendido sus redes filantrópicas a favor de la salud o para, de alguna forma, cuantificar y aminorar el impacto y mejorar las posibilidades de supervivencia.

La filantropía, como actitud o actividad humana, existe desde hace muchos años, pero en ocasiones se vuelve más visible cuando un factor entra en crisis, ya sea el medio ambiente, la salud, los accesos a una vida digna, etcétera. Ya en la antigua Grecia, la filantropía se definía como el "amor al ser humano". Es la naturaleza esencial y el propósito de la humanidad, la cultura y la civilización.

Los griegos adoptaron el "amor a la humanidad" como un ideal educativo, cuyo objetivo era la excelencia (areté), el autodesarrollo máximo de cuerpo, mente y espíritu, que es la esencia de la educación liberal. Dar nuestro tiempo, talento y recursos a otros nos hermana y hace más fuertes nuestros lazos comunitarios, lo que fortalece el llamado tejido social.

Actualmente, según explica Joan Fontrodona, Director del Departamento de Ética Empresarial de IESE Business School la filantropía se entiende como una transacción donde la retribución es en realidad la rendición de cuentas. “Por eso ha derivado en otros conceptos como inversiones con impacto. Aunque es cierto que siempre habrá espacio para la filantropía clásica del dar sin esperar nada a cambio”, expresa.

Para Francisco Fernández, Director Nacional de Desarrollo Filantrópico del Tec, la filantropía es más bien una oportunidad de trascender, de transformar y generar un impacto para nuestra sociedad, pero que a la vez promueve el bienestar y el propio florecimiento: “La resiliencia alimentada por un propósito de vida y un sentido de trascendencia es lo que nos ha sacado adelante como humanidad”, expresa en entrevista exclusiva para el Blog EXATEC.

Ya en la antigua Grecia, la filantropía se definía como el "amor al ser humano"

Más grande que un granito de arena: el nivel institucional

Para ser filántropos, a los seres humanos nos basta organizarnos. Como resultado de ello, existen grandes fundaciones, y también las hay muy enfocadas en determinadas causas que necesitan de ayuda intersectorial, es decir, el trabajo en conjunto de diferentes sectores como sociedad civil, instituciones y Gobiernos.

Los desafíos son enormes, pero nuestra capacidad de generar vínculos solidarios a través de la innovación o la creatividad nos muestra que un futuro mejor es posible. No olvidemos que, finalmente, como seres humanos nuestros recursos emocionales son ilimitados, y que los distintos indicadores del avance del bienestar humano nos demuestran que hemos logrado grandes cosas en los últimos cincuenta años.

Respecto al sector salud, en México, la emergencia del COVID-19 ha activado el compromiso de las instituciones para la protección del bienestar de los ciudadanos. Un ejemplo de ello es lo ocurrido con TecSalud, que ha adaptado sus hospitales San José y Zambrano Hellion para brindar atención especializada para casos de COVID-19. También, ha acelerado su participación en el desarrollo de tratamientos innovadores para la enfermedad provocada por este coronavirus. El esfuerzo de TecSalud ha sido altamente apoyado tanto por la sociedad civil como por representantes del sector, instituciones financieras y comunidad académica, a través de los donativos que estos han hecho a la iniciativa Unidos Podemos. Son apoyos que cuentan y dan resultados.

En el mismo sentido, el trabajo filantrópico realizado por el Tec en colaboración con el Gobierno federal mexicano y organizaciones a través de la iniciativa Juntos por la Salud ha tenido impacto nacional en la atención de la pandemia y representa todo el esfuerzo de la Institución por apoyar a la comunidad más allá de sus aulas e instalaciones

Mención aparte merece la participación de sus equipos humanos en medio del ya de por sí importante esfuerzo institucional. Las historias de trabajo, profesionalismo y dedicación humanas lo narran por sí mismas. De nuevo: en las peores condiciones, damos lo mejor de nosotros como especie.

Los desafíos son enormes, pero nuestra capacidad de generar vínculos nos muestra que un futuro mejor es posible

¿Y qué puedes hacer tú?

Según señala David Levy, fundador y Director General de Diverinvest y creador de Migranodearena.org, esta catástrofe, que afecta a todos por igual, nos ha permitido ser testigos de la creación de una situación nueva en la que la solidaridad se multiplica.

Es momento de actuar como una sola comunidad. Si la respuesta de grandes instituciones no ha faltado, la suma de las acciones individuales también contribuye a hacer la diferencia. ¿Qué podrías hacer desde donde estás para unirte a una red de filantropía? ¿Cómo puedes sumarte y aportar algo a la comunidad? Te damos algunas sugerencias. 

De inicio, debes recordar que la filantropía en tu comunidad EXATEC está más activa que nunca. Durante estos meses, sus integrantes han demostrado su capacidad de acción solidaria en una multitud de acciones humanitarias. Puedes conocer las acciones que están haciendo en distintos ámbitos filantrópicos ante el COVID-19 (y sumar tu ayuda a la que más te llene de orgullo) en el sitio creado para su difusión. Estas acciones se suman a las más de 230 que el Tec en su conjunto ha emprendido para ayudar a las comunidades durante la pandemia, y en las que también puedes contribuir con tu tiempo, talento y recursos.

Y si eres dueño de tu propia empresa, tampoco olvides los beneficios (incluso económicos) que tiene para toda corporación asumir la filantropía como una forma de cultura organizacional. Si el COVID-19 le ha puesto un reto a tu empresa, tal vez sea el momento de hacer la contrajugada y poner tú también contra la lona, a través de una postura filantrópica, a la situación problemática que ha provocado la enfermedad en distintos sectores de tu comunidad.

Por otra parte, las transferencias bancarias y los donativos ya no son lo que antes eran: la simplificación que nos ofrece el mundo digital hace posible que todos podamos ayudar a causas extraordinarias, convirtiéndonos así en héroes anónimos que esperan resultados transformadores, ¡sin salir de casa!

Por ejemplo, la Fundación de las Naciones Unidas y la Swiss Philanthropy Foundation han lanzado Covid-19 Solidarity Response Fund, un llamado a personas y empresas de cualquier parte del mundo para apoyar el trabajo de la OMS y sus socios en los esfuerzos de respuesta global. 

Todas estas opciones ejemplares son rápidas y actuar a través de ellas solo toma un par de clics. 

De esta manera el esfuerzo tiene consecuencias inmediatas y, sobre todo, transparentes, que es el sentido de la filantropía: ayudar a quien más lo necesita con resultados tangibles y de forma organizada y ética, lo que dé como resultado el beneficio de los más vulnerables. Y hoy, como nunca antes en la historia de la humanidad, todos somos vulnerables.