En la infancia es fácil, y ni se diga durante la universidad, pero hacer amigos después de los treinta parece un logro cada vez más difícil. Con ello en mente, recuerda que como parte de la comunidad EXATEC, puedes fortalecer tus lazos y red social con más personas que compartan tus gustos e intereses gracias a los Clubes y Asociaciones formados por ex alumnos del Tec.
Mucho se ha dicho ya sobre la importancia que tienen las relaciones interpersonales cuando buscamos tener una vida plena y con la mayor cantidad posible de momentos felices. Entre las investigaciones que se han realizado en este sentido, sin duda destaca la más extensa de todas, realizada por Harvard Medical School y conocida como Estudio sobre desarrollo adulto. Desde que inició, en 1938, esta investigación se ha enfocado en analizar el comportamiento y la actividad cerebral de tres generaciones consecutivas.
A lo largo de todo este tiempo, el hallazgo más importante de este trabajo, según palabras de su director, Robert Waldinger, es el siguiente: «Lo importante para mantenernos felices y saludables a lo largo de la vida es la calidad de nuestras relaciones interpersonales».
Aunque lo anterior podría no sorprender a nadie, y hasta parecer un tanto obvio, vale la pena preguntarnos lo siguiente: si sabemos que las relaciones interpersonales son un factor fundamental para nuestra felicidad, ¿por qué es tan común que perdamos contacto con tanta gente a la que queremos, solo por estar enfocados en el día a día? Por otro lado, ¿cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que hicimos un nuevo amigo o una nueva amiga? ¿Por qué, a veces, pensar en conocer gente nueva puede llegar a parecernos fastidioso?
“Lo importante para mantenernos felices y saludables a lo largo de la vida es la calidad de nuestras relaciones interpersonales”.
Varios especialistas del comportamiento humano coinciden en que no hay mejor época para hacer amigos que la etapa universitaria, algo que tiene que ver con varios aspectos. Para empezar, las actividades escolares propician que los estudiantes pasen bastante tiempo juntos. Luego, quienes congenian, suelen buscar espacios para reencontrarse fuera del entorno universitario con fines recreativos, lo que refuerza las relaciones.
Por otro lado, es una etapa llena de experiencias significativas: desde las peripecias para aprobar una materia, hasta las grandes fiestas, pasando por romances, duelos y los diversos desafíos de la vida adulta en ciernes. Por lo general, quienes nos acompañan en ese trance se vuelven nuestros cómplices, y las relaciones que establecemos con ellos tienden a ser entrañables.
Pero, aquí la pregunta importante es: ¿qué pasa con nuestra vida social luego de haber concluido los estudios universitarios? ¿Qué pasa, específicamente, con nuestra capacidad de hacer amigos después de los treinta años?
En 2018, Jeffrey Hall, profesor de estudios de comunicaciones en la Universidad de Kansas, publicó un interesante estudio sobre la relación que existe entre el tiempo que pasamos con alguien y la calidad que puede llegar a tener esa relación.
Hall partió de un planteamiento que hace Rubin Dunbar, psicólogo evolutivo de la Universidad de Oxford, en el que distingue varias capas al definir una relación de amistad: conocidos, amigos ocasionales, amigos (a secas) y mejores amigos. A partir de esta clasificación, Hall realizó una encuesta en línea con adultos que tenían máximo seis meses de haber cambiado su domicilio, circunstancia que los motivaba a buscar nuevas relaciones.
El cuestionario los llevaba a pensar en las personas que habían conocido en esos últimos seis meses, y en cómo habían sido esas relaciones interpersonales, teniendo en cuenta la cantidad de horas que habían pasado juntos y el tipo de actividades realizadas. Luego, los participantes debían clasificar cada una de esas relaciones, según las cuatro etapas de profundización: conocidos, amigos ocasionales, amigos y amigos cercanos.
A partir de lo anterior, el equipo de investigadores hizo un cálculo sobre la cantidad de horas que llevaron a los participantes a cambiar de un nivel a otro en sus distintas relaciones, lo que generó la siguiente tabla como resultado.
Ahora que conoces la relación que existe entre la cantidad de horas que pasas con alguien y la calidad de relación que puedes establecer con él o ella, viene la siguiente pregunta: ¿hace cuánto que no pasas, por lo menos, 90 horas con alguien que tengas poco de haber conocido? ¿Y qué tal 200?
¿Qué pasa con nuestra vida social luego de haber concluido los estudios universitarios? ¿Qué pasa, específicamente, con nuestra capacidad de hacer amigos después de los 30 años?
De manera independiente a la etapa de vida en que te encuentres, para que surja una amistad es importante que se den estas tres condiciones:
Conforme envejecemos, la posibilidad de que estos tres puntos coincidan tiende a ser más difícil: a veces, perdemos la proximidad con personas que apreciamos porque cambiamos de empleo, nos mudamos de casa o cambiamos de escuela a los hijos. Por otro lado, al asumir más y mayores responsabilidades, de trabajo o familiares, reducimos el tiempo que tenemos disponible para interacciones espontáneas. Finalmente, puede que la suma de dificultades que experimentamos a lo largo del tiempo nos hayan vuelto más desconfiados que cuando éramos niños o jóvenes.
Sin embargo, no todas son malas noticias. La ventaja de formar parte de una comunidad es saber que podemos contar con su apoyo: si se trata de hacer amigos pasada la época universitaria o después de los treinta, te invitamos a conocer los distintos Clubes y Asociaciones de tu comunidad EXATEC en distintas partes del mundo.
Como podrás ver, son grupos que se han consolidado luego de que dos o más ex alumnos identificaran intereses comunes. Estos intereses son muy diversos, y van desde hacer networking para crear oportunidades laborales o de negocio, hasta brindar apoyo a causas filantrópicas o, simplemente, reunirse para jugar ajedrez o andar en bici.
¡No esperes más y conecta con ex alumnos de tu alma máter! Puedes unirte a alguno de los grupos existentes o crear uno nuevo que responda a tus gustos o aficiones. Los beneficios de ser parte de este tipo de redes y comunidades pueden ser más y mejores de lo que te imaginas.
Las relaciones personales en nuestra salud - Neural