Las mentes disruptivas, en pocas palabras, son aquellas que logran unir una serie de puntos que aparentemente no tienen relación entre sí. La palabra disrupción en sí misma implica modificar lo existente, someterlo a un caos que genere otro orden. Aquí algunas historias para inspirar tu propio pensamiento disruptivo.
¿Qué tienen en común Reed Hastings, fundador de Netflix; Jon Favreau, director y productor en Star Wars, Disney y Marvel; Greta Thunberg, ambientalista; y Gimena Peña, cofundadora de Pier2 Marketing y ganadora del Premio a la Trayectoria EXATEC 2021? Pues que todos ellos tienen mucho qué enseñarnos sobre pensamiento disruptivo.
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Se trata de conectar los puntos de la figura con un máximo de cuatro líneas rectas, pero sin levantar la pluma del papel ni repasar una misma línea. Vamos, inténtalo.
¿Difícil? ¿Fácil? La solución exige utilizar tu pensamiento lateral, una serie de procesos mentales que ayudan a resolver problemas de manera imaginativa (spoiler alert: el reto se soluciona si trazas las líneas saliendo del contorno de los puntos, lo que en principio la instrucción no te limita a hacer).
Acuñado por el psicólogo Edward de Bono, célebre gurú en el tema de pensamiento disruptivo, el término pensamiento lateral refiere una manera diferente de organizar los procesos de pensamiento, una que busque soluciones mediante estrategias no ortodoxas, normalmente ignoradas por el pensamiento lógico. Por ello se vincula a lo que conocemos como pensamiento disruptivo, mentalidad innovadora o pensar fuera de la caja.
Pensar fuera de la caja es ir más allá de lo elemental, mirar el mundo con mentalidad disruptiva. Para que eso suceda, para activar nuestro pensamiento lateral, primero debemos saber qué hay dentro de la caja: observar qué existe y el orden que posee e identificar qué parte de ello no está ayudando a solucionar un problema o situación (o cómo podría solucionarse de manera más eficiente).
También implica generar nuevos órdenes respecto a nosotros mismos, a nuestra formación personal. Un ejemplo práctico: si tienes una ingeniería como profesión, seguramente intentarás resolver cualquier problema pensando desde ella, pero… ¿qué pasaría si buscaras la solución desde otro punto de vista, digamos, como lo haría un artista?
Para inspirarte, aquí te presentamos cuatro historias de figuras reconocidas por su capacidad de pensar fuera de la caja, y te contamos lo que tienen que enseñarnos sobre la importancia de motivar nuestro pensamiento lateral. Después de todo, como decía Mijaíl Bakunin, teórico político, filósofo y anarquista ruso: “aquellos que se han ceñido prudentemente a lo que les parece factible jamás han avanzado un solo paso”.El pensamiento disruptivo implica observar qué existe y el orden que posee e identificar qué parte de ello no está ayudando a solucionar un problema o situación
Si se trata de reconocer un talento disruptivo e innovador, sin duda hay que empezar por mencionar a Reed Hastings, fundador de Netflix. La idea millonaria que acabaría rebasando a Blockbuster, hasta hace una década el principal proveedor de contenidos para consumo en casa, fue producto de un olvido: Reed tuvo que pagar una multa de 40.00 dólares por la devolución tardía de una película. Molesto por la sanción, empezó a pensar en un esquema de alquiler, a través del comercio electrónico, en el que no hubiera penalizaciones.
Así nació la idea, a finales de los noventa, del gigante del streaming que hoy es Netflix, que en 2021 ha alcanzado 203.7 millones de suscriptores. ¿Cuál fue el principal mérito de Hastings al crear este negocio multimillonario? Ir mucho más allá de lo que el mercado de alquiler de películas ofrecía en su momento, incluso de la propia estructura de la industria, y visualizar algo que entonces no existía. A partir de la idea de Hastings, la gente no solo pagaría por ver la película, sino por no tener que devolverla.
El segundo ejemplo de mentes disruptivas le corresponde a Jon Favreau, escritor, productor y director de algunas de las películas del llamado Universo Marvel y, más recientemente, de la serie The Mandalorian, de la popular saga Star Wars.
Cuando Favreau recibió la encomienda del proyecto que retomaría el universo de los personajes y mundos creados por George Lucas, la saga venía de una mala racha provocada por una nueva trilogía (El despertar de la fuerza, Los últimos jedi y El ascenso de Skywalker, entre 2015 y 2019) que había decepcionado a los fanáticos de la historia (y, en general, a quienes gozan de las buenas historias).
Favreau se propuso entonces hacer una serie que reivindicara el espíritu original de Star Wars. Para ello, como ya había hecho con su aportación en las películas del Universo Marvel (como director de dos) y de los live action de Disney El rey león y El libro de la selva, primero generó un guion con una gran historia y luego buscó tecnología de punta para mejorar su narración.
La innovación de Favreau ha sido que la tecnología sirva a la historia, y no al revés, como pasa con otras hazañas del cine tecnologizado (tal vez recuerdes Avatar o Life of Pi). Aquí puedes ver, por ejemplo, su aportación a la tecnología de los sets virtuales, que han potenciado los alcances de la famosa pantalla verde, la técnica más usual y vigente para efectos visuales.
La más joven de este cuarteto disruptivo es Greta Thunberg, referente indiscutible en la lucha por el planeta. Frustrada ante la apatía generalizada en relación con el cambio climático, organiza huelgas desde los 15 años, viaja solo en tren, autobús o barco (para evitar participar en la producción de CO2 que conllevan los viaje en avión) y ha inspirado a millones de jóvenes en el mundo y llamado la atención no solo de la prensa global, sino de regímenes contrarios al ambientalismo, como el de Donald Trump.
El alcance del mensaje de Thunberg (y de su éxito) se fundamenta en una actitud que contradice lo que esperaríamos ver en una chica de su edad: ni conforme ni tímida, la activista es valiente y propositiva.
Además, la personalidad de Greta no solo se ha quedado en pensar fuera de la caja: sabedora de que la forma tradicional de pensar sobre el medioambiente ha llevado a un desastre monumental, ha elegido un pensamiento disruptivo que es también una actitud. Con sus acciones personales (y públicas) a favor del clima, pone el ejemplo para alcanzar sus objetivos y planta cara a quien se opone a sus ideas.
Nuestro último ejemplo de pensamiento disruptivo es proporcionado por Gimena Peña, una EXATEC como tú, cuyo trabajo le ha valido nominaciones al Top 100 Women-Owned Businesses in Silicon Valley y el Premio a la Trayectoria EXATEC 2021.
Además de activista por la equidad de género y profesora, Gimena es CEO y cofundadora de Pier2 Marketing y HR flip, proyectos en donde su mentalidad disruptiva queda revelada. Su firma de mercadotecnia e impulso al recurso humano, localizada en San Francisco, ha alcanzado el liderazgo por la creación de servicios innovadores, como el modelo 360° de atención, que parte de la investigación de mercados para sus clientes, llega al desarrollo de nuevos productos y la apertura de segmentos, y regresa a la investigación para detonar el crecimiento de la empresa.
La aplaudida actitud innovadora de Gimena, que ella misma explica en este artículo, ha permitido consolidar los conocimientos y prácticas de una industria completa dentro y fuera de Estados Unidos, proyectándola hacia el futuro.
¿Cuál fue el principal mérito de Hastings al crear este negocio multimillonario? Visualizar algo que entonces no existía
Como hemos visto, de una industria y país a otro, del activismo al arte, Reed, Jon, Greta y Gimena estarían de acuerdo con Bakunin: nuestras comunidades solo mejoran cuando damos pasos más allá de los límites conocidos.
Tampoco vayas muy lejos: si lo piensas un poco, encontrarás que tú también has hecho posibles varias cosas que antes te parecieron imposibles. Ejemplos sobran: tu emprendimiento, tu puesto de trabajo, tu título profesional, tu familia. De lo personal a lo global, habrás podido conseguir cambios gracias a la disrupción, a hacer algo de manera distinta. ¿Por qué no seguir ese camino?
Es importante distinguir entre mentalidad disruptiva y talento disruptivo, concepto planteado por la consultora empresarial OE Cam, con sede en Cambridge: mientras que la primera se refiere a una manera de observar, entender y procesar la información, el segundo se enfoca en la acción.
Por eso puede pasar que una persona con mentalidad disruptiva carezca de talento, pero no al revés: un talento disruptivo necesita de una mentalidad disruptiva que lo soporte. Si últimamente te ha causado enfado alguna necesidad insatisfecha, te invitamos a asumir el reto (tal vez mayor que el de los nueve puntos y las líneas, pero igualmente beneficioso): ¿qué estás dispuesto a cambiar hoy?
1.- ¿Qué es el talento y la mentalidad disruptiva? - PYMES World
2.- ¿Qué es el "talento disruptivo"? - BBC
3.- Greta Thunberg: el premio combatir "la crisis climática y ecológica" - BBC
4.- Greta Thunberg responde a burla de Trump sobre manejo de la ira - Forbes
5.-El origen de Netflix - Muy interesante